"Sois importantes, por eso les molestáis, por eso les dais miedo, y más que les daréis", alentó ayer el presidente catalán, Carles Puigdemont, a más de medio millar de alcaldes reunidos en Barcelona. Dentro del calendario de movilización de sectores clave para apuntalar la celebración del referéndum, el Gobierno de Cataluña convocó ayer los regidores, que tienen una papel clave en la apertura de locales públicos para albergar los colegios de votación. Los asistentes al acto de ayer en el paraninfo de la Universidad de Barcelona suscribieron una declaración por la que se comprometen a poner "a disposición de la organización del referéndum los locales habituales donde se celebran todas las jornadas electorales en nuestros municipios". Para Puigdemont, los alcaldes constituyen la prueba de que el independentismo es el primer movimiento sociopolítico que va "de abajo hacia arriba". "Por eso sois importantes, por eso les molestáis y por eso les dais miedo, y más que les daréis", avisó el presidente catalán.

La de ayer fue "una iniciativa fracasada", según fuentes del Gobierno central citadas por Efe. La convocatoria quedó muy lejos de las expectativas de sus organizadores, puesto que al llamamiento respondieron muchos menos alcaldes de los previstos, la mayoría de ellos procedentes de poblaciones pequeñas que, en conjunto, representan apenas un tercio de la población de Cataluña, según las citadas fuentes. "Los alcaldes se niegan a firmar el documento que les compromete a incumplir la ley. La mayoría de alcaldes del PDeCAT se niegan a prevaricar", concluyen en medios del Gobierno central.

"Cada vez son menos y eso es una muestra más de que el referéndum no se podrá hacer", manifestó la portavoz nacional de Ciudadanos, Inés Arrimadas, como valoración del acto de los alcaldes en Barcelona.

Sin embargo, el proceso hacia la consulta soberanista del 1 de octubre sigue inexorable. Junts Pel Sí (JxSi) y la CUP convocan el próximo martes al resto de las formaciones para darles a conocer la ley del referéndum. Los socialistas catalanes anticipan que no acudirán para no participar de lo que califican de "broma de mal gusto". "Es inaceptable que en lugar de registrar la iniciativa legislativa más relevante de los últimos 30 años inviten a los grupos de la oposición a una reunión informal con ruegos y preguntas", afirmó ayer la portavoz socialista en el Parlament de Cataluña, Eva Granados.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, acusa al Gobierno de "criminalizar" la movilización política en Cataluña por su forma de reaccionar a la convocatoria del referéndum independentista. "En democracia, que los ciudadanos se movilicen debería ser normal, y la criminalización del derecho de reunión y del derecho de manifestación nos parece una barbaridad incompatible con la democracia", advierte Iglesias. Para Xavier Domènech, líder de En Comú Podem, una de las confluencias de la formación morada todo obedece a un "enrocamiento" del PP, cuando lo que se necesita es "mirar más allá de ese enrocamiento y construir alternativas" sustentadas sobre "el estado plurinacional y el derecho a decidir".