El Parlament catalán se situó ayer fuera de la ley al aprobar, con los votos de Junts pel Sí (JxSí) y la CUP las conclusiones del proceso constituyente, que abren la puerta a una declaración unilateral de independencia, desobedeciendo abiertamente y en un desafío frontal al Tribunal Constitucional que le había advertido explícitamente contra una decisión así en una sentencia.

El Gobierno reaccionó mediante la reunión de la comisión general de secretarios de Estado y de subsecretarios con el fin de que el Consejo de Ministros de mañana, viernes, autorice a la Abogacía del Estado a presentar ante el TC un incidente de ejecución de sentencia ante el "nuevo desafío de la legalidad y el orden constitucional".

Tras hablar con Pedro Sánchez y Albert Rivera, que le dieron su apoyo, Mariano Rajoy garantizó que actuará con "firmeza y proporcionalidad para garantizar el cumplimiento de la ley en Cataluña". Lavicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría calificó de "paso contumaz y grave" la votación de la cámara autonómica y aseguró que el Gobierno "no dejará pasar ni una".

Desde el PSOE, Pedro Sánchez, avisó a JxSí y la CUP de que "en democracia no hay legalidad selectiva"y que ningún político puede situarse por encima de una sentencia.El líder socialista aseguró que el Parlament se ha situado "fuera de la ley" al "violar la Constitución y el Estatut". A Rajoy le instó a buscar una solución política. Albert Rivera condenó la "ilegalidad" en que ha incurrido el Parlament e instó a "actuar contra los políticos que atentan contra la democracia".

Tras uno de los debates más broncos, con un intenso fuego cruzado entre las fuerzas independentistas y los grupos de la oposición, los 72 votos de JxSí y la CUP bastaron para aprobar unas conclusiones ante las que la confluencia de izquierdas Catalunya Sí que es Pot votó en contra, el PSC evitó participar y los diputados de Ciudadanos y el PPC abandonaron el hemiciclo.

Antes de la votación, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, preguntó a JxSí y la CUP si eran "conscientes" del auto del TC instando a no elevar al pleno las conclusiones. En concreto, el texto aprobado habla de "completar la desconexión con la legalidad del Estado español" a través de las leyes de secesión que impulsan JxSí y la CUP y de "un mecanismo unilateral de ejercicio democrático que servirá para activar" una "Asamblea Constituyente", que dispondrá de "plenos poderes" y cuyas decisiones no serán susceptibles de "control, suspensión o impugnación" por parte de "ningún otro poder, juzgado o tribunal".

"De lo que somos conscientes es del mandato democrático del 27 de septiembre", respondió a Forcadell el presidente del grupo de JxSí, Jordi Turull. "Nosotros, por la independencia, no tenemos miedo", proclamó a su vez la portavozde la CUP, Anna Gabriel. Marta Rovira, de JxSí, preconizó un debate constituyente "unilateral". Más explícita aún, Gabriela Serra, de la CUP, defendió que el resultado de las elecciones del 27 de septiembre avala al Parlament para la "desobediencia".

La aprobación de las conclusiones allana el camino para que la CUP acabe apoyando a Carles Puigdemont en la cuestión de confianza del 28 de septiembre. No fue el único gesto de complicidad entre JxSí y la CUP en el pleno. También fueron de la mano al dar luz verde ayer a la tramitación de una Agencia de Protección Social, embrión de una futura Seguridad Social catalana.