El Parlament destituyó ayer a Daniel de Alfonso como director de la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC) por el escándalo de las grabaciones en las que habla con el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, de cómo airear informaciones comprometedoras para políticos independentistas. Tras apartar a De Alfonso, que fue designado por el Parlament en 2011 con el beneplácito de todos los grupos, salvo ICV-EUiA y ERC, que se abstuvieron, el Pleno de la Cámara celebró una sesión de control al Gobierno en la que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, llamó a acelerar el proceso de secesión.

Puigdemont aprovechó el escándalo de las grabaciones ("las cloacas del Estado") y el hecho de que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJA) dejara el martes a su predecesor en el cargo, Artur Mas, a un paso de ir a juicio por la consulta del 9-N, para sentenciar: "Hemos de irnos lo más pronto posible". El Parlament justificó la destitución de De Alfonso por "grave incumplimiento de sus deberes y obligaciones", en especial los deberes de "independencia y objetividad" y los de "reserva y confidencialidad". Solo los 11 diputados del PPC votaron en contra.

De Alfonso será sustituido por su "número dos", Maite Masià, que fue directora del Institut Català de l'Energia entre los años 2011 y 2014. Masià figura como interlocutora de uno de los principales imputados en el "caso de las ITV" -en el que el ex número dos de CDC Oriol Pujol afronta una petición fiscal de cinco años y dos meses de cárcel-, en las conversaciones que fueron intervenidas por orden judicial.

En el transcurso del debate, el portavoz de C's, Carlos Carrizosa, cargó duramente contra Fernández Díaz: "El Ministro insta a un organismo a investigar a los rivales políticos, le graban en el interior de su despacho y se hace público. Vaya chapuza de ministro del Interior, da vergüenza".

El presidente de Catalunya Sí que es Pot, Lluís Rabell, acusó a Fernández Díaz de ser un "provocador" y de tener un "comportamiento predemocrático propio de la cultura franquista", antes de anunciar la presentación de una denuncia ante la Fiscalía.

Ya en la sesión de control al Govern, Puigdemont tachó al ministro de "antisistema", protagonista de "uno de los escándalos más graves de la democracia". Tras lo que se preguntó: "¿Qué podemos hacer? Irnos lo más pronto posible, porque en un Estado así no podemos durar mucho más".