No hizo falta esperar a la votación, porque antes la CUP avanzó que Artur Mas no sería investido ayer presidente de la Generalitat. Antonio Baños, el líder parlamentario de "los cuperos", explicó por qué: el partido no tiene "ninguna seguridad" de que el candidato de Junts pel Sí (JxS) vaya a poner fin a la etapa autonómica. Y además echa en falta un compromiso para "levantar las alfombras" y destapar la "corrupción estructural" en Cataluña. En su lugar, la CUP defendió un nombre "de consenso": el independiente Raül Romeva, que concurrió como "número uno" de la lista de JxS en las elecciones del pasado 27 de septiembre.

Romeva desoyó el ofrecimiento, pero en dos tandas y gradualmente. Primero dijo a Telecinco que su candidatura "no está sobre la mesa en estos momentos". Después, en Twitter, corrigió: "Ningún cambio. No soy candidato. Mi papel es trabajar a favor de un acuerdo".

Así de claras quedaron las posturas de JxS y la CUP hasta que llegó la hora de votar. Y entonces aún resultó más notoria la discrepancia. Mas necesitaba mayoría absoluta (68 diputados sobre un total de 135) y sólo cosechó los apoyos de los suyos: los 62 diputados de JxS. Todos los demás, 73, votaron en contra: C's (25), PSC (16), Sí Que Es Pot (11), PPC (11) y la CUP (10).

Un día después de sumar sus votos a los de JxS para aprobar la proclama secesionista, el texto que da inicio al proceso de ruptura con España, la CUP explicó sin tapujos por qué no se fía de Mas "para blindar la construcción de la nueva república". Hay "dos problemas profundos": su gestión al frente de la administración autonómica, que trajo consigo recortes y privatizaciones, y los casos de corrupción que le asedian a él y a su partido, CDC.

Un asunto, este último, que fue uno de los leitmotivs de las intervenciones del resto de los grupos de la oposición, junto con este otro: que Mas no cuenta con apoyos para formar gobierno.

Eso sí, Baños emplazó a Mas a volver mañana al Parlament a defender de nuevo su candidatura. En esa segunda votación, el aspirante de JxS sólo necesita superar los 63 sufragios en contra que suman entre C's, PSC, PPC y Sí Que Es Pot. Es decir, que le basta con que dos "cuperos" voten a favor. Sin embargo, a juzgar por lo dicho ayer por el líder de los anticapitalistas, lo tiene igual de complicado.

Baños ofreció a Mas la "mano tendida" de su partido contra los ataques del Estado", aunque "no tiene ni tendrá" su "voto incondicional". La CUP se "rebela" contra la idea de que una sola persona puede tirar adelante del proceso, por más que haya conseguido -reconoció- capitanear la "nave" hacia la independencia cuando ésta "iba a la deriva" y "navegando a contracorriente".

"Mas no saldrá hoy como capitán, pero no dude de que la tripulación la tiene y de que desea seguir navegando", dijo Baños a Mas, recuperando el símil marinero que el candidato empleó el lunes al defender su programa. Con todo, el portavoz de la CUP prometió que no harán "descarrilar el proceso". Y remachó: "El proceso no encalla porque nadie lo puede hacer encallar".

En su réplica a Baños, Mas recogió el guante. "Volveré el jueves", prometió. Y de paso recordó al líder de la CUP que JxS cosechó el 27-S "un aval democrático lo bastante grande" como para justificar la imposición de un candidato. Además, si renueva el cargo, su liderazgo no será "personalista" y será su "último mandato", una legislatura "corta de 18 meses".

El rifirrafe entre Baños y Mas puso el colofón a una jornada, la segunda del debate de investidura, que empezó por la mañana con la intervención de la presidenta del Grupo de C's en el Parlament, Inés Arrimadas.

La líder de la oposición pidió que Cataluña esté presidida por alguien con las "manos limpias de corrupción" y acusó a Mas de mentir sobre la independencia. "Cuando llama a la desobediencia y a la insurrección, no cuela, usted es un hombre de orden", le espetó. El candidato presumió de que ahora tiene los mismos diputados que en 2010 (62, aunque entonces eran sólo de CiU): "Me lo he currado mucho".

Y en respuesta a las críticas de Miquel Iceta (PSC), que le había dicho: "Su momento político ha pasado", Mas aseguró no estar "dispuesto a lo que sea para ser president. Hay líneas rojas". Lluis Rabell (Sí Que Es Pot) le acusó de "necesitar desesperadamente mantener el poder" y Xavier García Albiol (PPC) le instó a "explorar" acuerdos alternativos al de la CUP.