El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, advirtió ayer a los soberanistas catalanes de los dificultades que acarrearía a la comunidad una hipotética secesión, entre ellos, un "corralito" financiero o la salida "automática" de la UE y, por tando, la pérdida del acceso a la liquidez del BCE. No obstante, Linde reconoció que la independencia es un "futurible altamente improbable".

Sobre si una Cataluña independiente sería viable económicamente, Linde dijo que hay países más pequeños que la comunidad catalana, también en Europa, pero afirmó que "no tiene mucho interés" plantear estas cuestiones "en abstracto".

También señaló que el comunicado de las patronales bancarias Asociación Española de Banca (AEB) y Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) avisando que la exclusión de Cataluña de la eurozona llevaría a los bancos a reconsiderar su implantación en la comunidad decía "cosas muy obvias" y sensatas.

La reacción soberanista no se hizo esperar y el presidente de la Generalitat y "número cuatro" de la candidatura de Junts pel Sí, Artur Mas, tachó a Linde de "inmoral e irresponsable" y le acusó de hacer "intoxicación" contra la independencia para mantener "la silla" en el actual "statu quo". Por todo lo cual aconsejó a los catalanes que "no se dejen arrastrar por la estrategia del miedo".

Desoyendo la advertencia de las patronales, Mas dijo que "los bancos se pelearán para estar en Cataluña", y que decir que ésta, una vez independizada, se quedará sin bancos "ofende a la inteligencia". Además, reprochó a Linde que use "exactamente el mismo argumento" que el PP, en alusión a las advertencias sobre un posible "corralito" que expresó su candidato en Cataluña, Xavier García-Albiol. Sin embargo, admitió que se trata de un escenario que figura como posibilidad en un informe del Consejo Asesor para la Transición Nacional.

Dicho esto, lanzó su propia amenaza, avisando de que, si el Gobierno no se aviene a negociar la independencia, el Estado "no podría soportar" sus consecuencias, pues debería asumir la deuda pública que corresponde a Cataluña. "No hay más remedio que ponerse de acuerdo. El precio de no ponerse de acuerdo es impagable, de entrada para España".

La amenaza de un "corralito" fue considerada "evidente" por el candidato del PSC, Miquel Iceta, y como un "riesgo cierto" por Ramon Espadaler (Unió), pero no por el cabeza de lista de Catalunya Sí que es Pot, Lluís Rabell, quien no cree que esta clase de "amenazas" "condicione demasiado" el voto el 27-S.

En este clima, el presidente de Telefónica, César Alierta, propuso a los empresarios catalanes que "hagan sus números, a ver si le interesa seguir vendiendo" en una Cataluña escindida de España. Y es que, para Alierta, las advertencias sobre los efectos económicos que conllevaría la independencia no constituyen una "campaña de miedo", sino una "campaña realista".

El presidente la cadena de moda nupcial Pronovias, Alberto Palatchi, envió ayer un comunicado a sus trabajadores alertando de que la empresa sería "difícilmente viable" en una Cataluña independiente y de que podría verse obligada a irse de la comunidad si se produce una secesión.