La mujer de Benejúzar (Alicante) condenada por matar al violador de su hija ha ingresado en la prisión alicantina de Fontcalent tras haber desestimado la Audiencia Provincial la petición de suspensión de la ejecución de la pena.

Acompañada de su hija, Verónica, y varios familiares, la condenada, María del Carmen García, se ha dirigido, portando una maleta, a la entrada del centro penitenciario para cumplir la pena de cinco años y seis meses de cárcel que le fue impuesta.

Con anterioridad a su ingreso en la cárcel, la condenada había acudido esta mañana a la Ciudad de la Justicia de Elche para recoger la documentación de entrada en prisión, un trámite en el transcurso del cual se le ha informado de la decisión de la Audiencia de Alicante de desestimar la solicitud de suspender la pena.

La condenada sufre desde la violación de su hija -ocurrida en 1998 cuando la víctima tenía 13 años- un trastorno adaptativo mixto y, por ello, su abogado había pedido la semana pasada la suspensión de la pena al alegar que su encarcelamiento sería "palmariamente desestabilizador" para "su estado psíquico y físico a causa de su grave enfermedad mental" que, según el letrado, es "incurable".

Sin embargo, la Audiencia Provincial ha desestimado la solicitud de la defensa y ha acordado que se proceda al "inmediato cumplimiento" de la pena que se le impuso a la mujer, según un auto facilitado por el TSJCV.

Para la Audiencia de Alicante, "el trastorno que sufre la condenada no impide la ejecución de la pena privativa de libertad, pues ni es un padecimiento incurable, ni se ha justificado que la enfermedad" que sufre "pueda verse agravada o ser de imposible tratamiento en prisión".

Los hechos ocurrieron en el año 2005, después de que María del Carmen se encontrara en la parada del autobús con el hombre que había violado a su hija cuando ésta tenía trece años. El violador disfrutaba de un permiso penitenciario. La sala declaró probado que la mujer sufrió una "explosión mental" que la hizo dirigirse a la gasolinera más próxima y adquirir el combustible que luego roció sobre el violador y le pegó fuego con una cerilla mientras éste estaba en un bar próximo.

El estado mental de la acusada hizo que el Tribunal Supremo bajara la condena hasta cinco años y medio de cárcel, cuando la Audiencia había impuesto nueve años y seis meses. Por estos hechos, María del Carmen ya pasó un año en prisión. Los colectivos que han defendido el indulto han planteado que se trata de una persona sin antecedentes, ni peligrosidad social, reinsertada en la sociedad y que padece un trastorno mental incurable a raíz de la violación de su hija, que se vería agravado si fuera a la cárcel.