La familia Aznar-Botella adquirió a finales de 2013, en régimen de gananciales, un chalé en la urbanización Guadalmina Baja, una de las más lujosas de Marbella, tal y como acaba de publicar La Vanguardia, que ironiza con que "lejos quedan los años de vacaciones en Quintanilla de Onésimo o en Orpesa del Mar, agasajados por el siempre sospechoso Carlos Fabra". Los expertos valoran la nueva propiedad del expresidente y Ana Botella en dos millones de euros.

Los Aznar, pues, tras unos flirteos con Menorca, decidieron hacer carrera inmobiliaria en Guadalmina, una zona descubierta en 1933 por el empresario navarro Norberto Goizueta durante un viaje de placer en su barco y que adquirió poco después.

El nuevo refugio de los Aznar es un chalé de una sola planta sobre una parcela de más de dos mil metros que alberga también una piscina. Cuenta con un amplio salón con una chimenea mural, cuatro dormitorios -uno de ellos, el principal, con baño en suite y vestidor-, un despacho, un porche de 46 metros y un dormitorio de servicio al que se accede desde la cocina. En total son 304 metros construidos, sin contar los patios, el zaguán y el porche.

Concluido el muro del chalé de los Aznar, los trabajos siguen. Mientras el expresidente pone tierra de por medio con la convención de su partido este fin de semana en Valladolid, una cuadrilla de obreros trabaja a diario a destajo hasta bien entrada la tarde.

De momento se desconoce si la reforma se rematará con un mástil en el jardín como el que presidía su anterior vivienda, donde la bandera de España izada anunciada a los vecinos que el dueño de casa había llegado.