La polémica suscitada durante la reciente campaña autonómica del 1-M a costa del coche oficial blindado, modelo Audi A8, que el presidente gallego adquirió por 480.000 euros y que el futuro responsable de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, prometió vender para cambiarlo por un vehículo Citroën C6 sigue generando controversia, comentarios y, sobre todo, ríos de tinta en los periódicos. La cuestión ya saltó a España y varios rotativos nacionales están analizado el número, el lujo y hasta los miles de euros que han costado a los ciudadanos la lujosa flota de cuatro ruedas de nuestros altos cargos.

Según desvela el diario “El Mundo” en un informe al respecto, Galicia, Andalucía y la Comunidad Valenciana son las autonomías que disponen de más automóviles oficiales para sus altos cargos, una cifra que en el caso gallego se dispara hasta los 355 vehículos, seguida de los 234 de la comunidad andaluza y los 200 de la valenciana. Las flotas oficiales del resto de autonomías analizadas parecen más comedidas, al oscilar entre los 25 vehículos declarados por los ejecutivos y partidos de Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Extremadura, Madrid o País Vasco, pasando por los 30 de Murcia, los 45 de Castilla-La Mancha, los 96 de Cataluña y los 100 de Castilla y León.

En el polo opuesto, es decir el de las flotas para altos cargos más reducidas, aparecen los gobiernos de Navarra (17) o La Rioja (23), así como Ceuta o Melilla, si bien es cierto que en estos últimos territorios las cifras parecen justificadas: a menor superficie, menor número de representantes para el pueblo. Eso sí, el informe desvela que el Ejecutivo navarro se gastó 360.000 euros en el Audi A8 del presidente Miguel Sanz, algo que vuelve a corroborar que la marca alemana de los aros es, sin duda, la favorita de nuestros políticos.

En cifras récord también se mueven los desorbitantes 591.000 euros, a abonar en cinco años mediante el sistema de “renting”, que costó el Audi A8 del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, según destaca también el periódico madrileño.

Los altos cargos de los gobiernos autonómicos españoles poseen cerca de 1.220 automóviles oficiales, y 14 de sus 19 presidentes han elegido también la marca teutona.

Casi todos los gobiernos tienen a Audi como marca estrella de sus flotas oficiales, incluso algunos presidentes tienen más de un vehículo de esta marca -modelos A8 y A6 generalmente-, a excepción de los de Cantabria, Baleares, Castilla y León y Melilla, que se decantan por Peugeot, Volkswagen y Renault.

Siguiendo con las marcas, el Gobierno de Manuel Chaves, Andalucía, es el único que posee un vehículo oficial de la marca Lexus, mientras que el de Castilla y León es el que dispone de los automóviles más económicos. El propio Chaves además, al igual que el presidente valenciano, Francisco Camps, cuentan hasta con dos vehículos de la marca alemana entre sus vehículos oficiales.

El máximo responsable manchego, José María Barreda, tiene adscritos a Presidencia hasta cinco vehículos oficiales: un A8, tres A6 y un Peugeot 607, todos ellos considerados automóviles de gama alta.

Otro presidente que combina marcas es el saliente en el País Vasco, Juan José Ibarretxe, que dispone de un A6 y de un Mercedes S560. Un caso parecido al líder extremeño Guillermo Fernández Vara, que cuenta con un A8 y un Volvo S80 para sus desplazamientos oficiales.

Continuando con los líderes que más aparecen en los medios de comunicación en estos últimos tiempos, decir que la madrileña Esperanza Aguirre circula en sus viajes oficiales también con un Audi A8; el catalán José Montilla, con otro modelo similar; el cántabro Miguel Ángel Revilla, con un Peugeot 607, aunque de todos es conocida su afición por tomar taxis cuando acude a citas en Madrid, como hizo hace unas semanas en Moncloa.

Lo más habitual es que el resto de máximos responsables autonómicos emplee, cuando ocupa el asiento de atrás en desplazamientos oficiales, claro está, un sólo automóvil oficial.

En la práctica totalidad de las comunidades autónomas del país, los altos cargos tienen asignados vehículos oficiales, excepción hecha de Navarra, a pesar de la desorbitada cifra gastada en un sólo coche por Miguel Sanz antes comentada.

Otro dato reseñable son los 9.276 euros gastados por Ernest Benach, presidente del Parlament catalán, en equipar su A8 con televisor, mesa de trabajo y reposapiés. Hasta se “tunean”.