El mensaje navideño del Rey se centró en lo que ha sido sin duda el tema del año: la crisis económica. Don Juan Carlos pidió en Nochebuena a políticos, agentes económicos y sociales "tirar del carro en la misma dirección" para superar esta grave crisis "anteponiendo siempre el interés general sobre el particular". Los efectos de la "seria crisis" centraron el discurso del monarca, en el que instó a reforzar "la estabilidad, supervisión y transparencia del sector financiero" con una regulación internacional más eficaz.

El Rey, quien recordó como cada año a las víctimas del terrorismo, también reclamó "un nuevo impulso" a las relaciones de España con los Estados Unidos, e "intensificar los sólidos vínculos" con Iberoamérica y con el Mediterráneo. El monarca quiso dar con su discurso un mensaje de aliento y optimismo a los españoles. "No es tiempo para el desánimo. Hemos logrado salir adelante con fuerza de otros periodos complejos y reemprender el camino aún con mayor dinamismo", afirmó.

Para Don Juan Carlos "tenemos pues sobradas razones para creer en nosotros mismos, para sentirnos satisfechos de lo que somos, de nuestros esfuerzos, de muchas realizaciones y nuevos éxitos, incluidos los deportivos tan abundantes en este 2008".

Por ello, dedicó gran parte de su tradicional Mensaje de Navidad a la "seria crisis económica" y a la fortaleza del país para lograr salir de ella. A Don Juan Carlos le preocupan las numerosas familias que han perdido su trabajo durante los últimos meses y cuantos "ven amenazados o truncados sus proyectos y aspiraciones".

Unidad

El Rey pidió al conjunto de fuerzas políticas, económicas y sociales que se unan en la búsqueda de soluciones con medidas que se centren en recuperar la confianza. "Juntos podremos vencer problemas y dificultades, si actuamos con realismo, rigor, ética y mucho esfuerzo, anteponiendo siempre el interés general sobre el particular, buscando acuerdos y soluciones con generosidad, responsabilidad y amplitud de miras. Despleguemos con inteligencia y tesón nuestra bien probada capacidad de superación, tirando del carro en la misma dirección, aportando cada uno su grano de arena", subrayó.

En opinión del monarca, el objetivo debe ser volver cuanto antes a la senda del crecimiento económico y de la creación de empleo. Para ello consideró necesario disponer de reglas internacionales más eficaces para reforzar la estabilidad, supervisión y transparencia del sector financiero en un nuevo entorno globalizado.

En cualquier caso, Don Juan Carlos defendió que se otorgue "carácter prioritario" a la lucha contra el desempleo, atendiendo a las necesidades sociales y asistenciales, así como a las derivadas de la conciliación laboral y familiar. "No hay recetas mágicas. Para volver a crecer de forma sostenible, necesitamos más eficiencia y competitividad, más innovación tecnológica, y elevar la educación y preparación de nuestros jóvenes, cuyo compromiso con la sociedad es un activo insustituible", dijo.

Otro de los puntos centrales del discurso del Rey se basó el papel internacional que juega España por lo que defendió una acción exterior "lo más consensuada y coordinada posible", dirigida a fortalecer posiciones en Europa.

Por otra parte, el Rey se refirió al treinta aniversario de la Constitución, gracias a la cual "España ha vivido por primera vez treinta años de democracia plena, que coinciden con los de mayor progreso y modernización en nuestra Historia".

Don Juan Carlos dijo que estos treinta años de Constitución deben servir para seguir avanzando como gran nación y "alcanzar nuevos objetivos con sentido de Estado mediante planteamientos integradores y solidarios". En su opinión, la Constitución está construida sobra la concordia, el consenso, el respeto mutuo y la tolerancia y "articula nuestra diversidad territorial".