El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, advirtió hoy de que el PSOE no está dispuesto a aceptar que se usen las lenguas cooficiales españolas para "sembrar España de agravios", como ya "se ha querido hacer con los Estatutos de autonomía, con las infraestructuras, con el agua o con la educación" y defendió la pluralidad lingüística de España como "lo mejor" del "patrimonio común" español.

En su intervención al comenzar el 37 Congreso Federal del PSOE, que se celebra desde hoy y hasta el domingo en Madrid, Blanco recalcó que el partido "ve y siente a España como la mayoría de los españoles, como un espacio de convivencia respetuoso con las distintas identidades" y un Estado descentralizado como "motor del desarrollo". Así, advirtió que el PSOE no reconoce "a nadie el derecho a expedir certificados de españolidad" ni consentirá que se engrente a los españoles por su lugar de residencia o por su lengua. "A los viejos y nuevos uniformadores les decimos que los españoles estamos unidos y queremos seguir estándolo precisamente porque no estamos uniformados". El Estado de las Autonomías, recalcó, "ha resultado ser la mejor solución al problema histórico de la unidad de España" y "la mejor medicina contra el atraso y la desigualdad territorial, que fueron consecuencia histórica del centralismo"

Recuerdo a Carrasco y Perales

El 'número dos' del PSOE inició su discurso con un recuerdo al ex concejal socialista en Mondragón Isaías Carrasco, asesinado por ETA el 7 de marzo, y expresando "solidaridad y orgullo" por la labor de los socialistas vascos. Así, dejó claro su deseo de poder llamar pronto a su secretario general, Patxi López, "compañero lehendakari". La mención a los socialistas vascos fue largamente aplaudida por el auditorio, como también la mención al fallecido miembro de la Ejecutiva Alfonso Perales. Los delegados también dedicaron un prolongado aplauso al ex presidente Felipe González, que saludó desde la primera fila cuando Blanco recordó el 27 Congreso celebrado en 1976 y la "lucidez y valentía" de quienes llevaron el partido de la clandestinidad a la democracia.

Blanco dedicó buena parte de su discurso a dirigir duras críticas al líder de la oposición, del que dijo que "a veces no se sabe si Mariano piensa lo mismo que Rajoy". Blanco ironizó diciendo que mientras Mariano sostiene "que la gente ha votado al PSOE para que no ganara el PP", es decir, que "que Rajoy y su política han hecho perder las elecciones a su partido", Rajoy " declara que no se arrepiente de nada y que quien hizo esa política perdedora ganará mañana".

Así, incidió en que "como no se puede ser dos persona a la vez, Mariano lo tiene muy difícil porque tiene que cambiar de política sin que se entere Rajoy" y recalcó que "sólo sus hechos" demostrarán si el PP desanda "el camino de la sinrazón". "Al Rajoy crispador lo conocemos bien, el Rajoy dialogante está por venir". Además, le emplazó a dar una "explicación de los españoles" sobre "por qué toleró todas las crispaciones, alentó todos los enfrentamientos, sostuvo todos los infundios y prendió todas las hogueras". A su juicio, mientras no lo haga, los socialistas pensarán que cuando habla de "principios" en realidad se refiere a "cálculos" y que los populares "aunque de vez en cuando vayan de visita al centro, siempre deja abierto el camino para regresar al monte".

Blanco consideró que los populares dedicaron "por completo" su Congreso a "discutir si dialoga con otras fuerzas políticas" y "exactamente nada" a hablar de los problemas de los ciudadanos, inmersos en sus discusiones "bizantinas" entre "marianistas y otras cofradías del PP". Allí, dijo, "sólo han hablado de economía para debatir si los avales se dan, se prestan o se arriendan". En cambio, subrayó que el 37 Congreso del PSOE hablará de las nuevas formas de producir, las nuevas formas de convivencia "libre y segura", el cambio climático y las "nuevas vías para combatir las discriminaciones" para construir una sociedad contra los privilegios y las desigualdades, donde "ninguna riqueza descanse sobre la opresión y la discriminación" y donde todo el mundo pueda ser diferente pero "radicalmente iguales" como ciudadanos.

Los españoles confían en Solbes y Zapatero

España, dijo, afronta "un periodo de dificultades económicas", pero el PSOE no piensa cambiar sus principios. En su opinión, mientras "las recetas económicas del PP no se conocen pero se presagian y se temen", los trabajadores españoles, los pensionistas, "incluso muchos empresarios" apuestan por José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Solbes consideran como "garantía de equilibrio y equidad". Blanco quiso recordar no sólo a los líderes que salieron el 27 Congreso, el primero celebrado en democracia, sino también al 35 Congreso en el que fue elegido José Luis Rodríguez Zapatero. "No estábamos tan mal", opinó, aunque admitió que el partido estaba "en una situación difícil", con "síntomas de agotamiento" y hasta con temores "por la propia unidad del partido".

A su juicio, de aquel Congreso salió un proyecto y una decisión de hacer oposición "firme pero responsable", a diferencia de la que, a su juicio, hizo el PP la pasada legislatura. Para Blanco, a la luz de las victorias obtenidas por el PSOE, y de la modernización de España, hace ocho años el PSOE tomó "el camino más acertado".