Los partidos políticos se dedicaron ayer a analizar los resultados electorales con una perspectiva más amplia y sosegada que la de la noche del escrutinio. Las reacciones de los principales líderes de los diferentes grupos locales y provinciales fueron desde la "ilusión" del PP, que ve reforzada su posición, tanto a nivel nacional como local, a la decepción del BNG, que califica de "injusto" el 1,9% de apoyos logrado en Vigo.

Los populares cosecharon en la ciudad más votos en estas elecciones que el pasado 20D -de 48.673 a 52.297-, posicionándose como primera fuerza. La portavoz del grupo, Elena Muñoz, destacó que "los ciudadanos han dado un mensaje claro y es que quieren que sea el Partido Popular el que gobierne España en los próximos cuatro años".

Muñoz subrayó el trabajo impulsado desde la lista de Pontevedra, encabezada por la ministra de Fomento en funciones, Ana Pastor, y la cercanía de la campaña realizada en la calle, donde aseguró, recogieron "el cariño" de los ciudadanos que se ha traducido en votos. En clave local, dijo recibir con "humildad" el liderazgo de la primera posición de la línea política que el pasado 20 de diciembre ostentó En Marea, al haber sorprendido con un 33,95% del escrutinio frente al 27,68% del PP. "Ahora estamos recogiendo el fruto del trabajo que comenzamos hace un año", apuntó.

La socialista y presidenta de la Diputación, Carmela Silva, valoró que su partido cumpliese los objetivos marcados de que el PP "no obtuviera más representación" por la provincia y mantener los dos diputados socialistas. Además, señaló que lograron "recortar espacio" a En Marea, aunque no arrebatarles la segunda posición, y llamó la atención sobre el hecho de que "allí donde gobiernan las mareas, tuvieron un peor resultado", lo que atribuye a que "la gente se va dando cuenta de que son una calamidad".

La confluencia gallega se quedó como segunda fuerza política también en Vigo (con el 30,3%). El líder local de Marea, Rubén Pérez, achacó a la expectativa de un sorpasso impulsado por las encuestas "la desmovilización" de parte del electorado, así como al "hastío" ante una segunda convocatoria. "Pero mantenernos por encima de los 50.000 votos y como segunda fuerza política es una buena notica", celebró. Reconoce que la subida del PP le deja "una sensación agridulce" y señala a la "llamada al miedo" de los populares como la causante.

A la misma explicación acude la candidata de Ciudadanos al Congreso, María Rey: "El PP sabe jugar muy bien con el miedo de la gente y tiene una maquinaria que cuando la pone en marcha arrasa con todo". Rey apenas varió los resultados del 20D de su grupo, a pesar de que su candidatura se presentó en mayo, sustituyendo a Antonio Lara. Obtuvo el 9% del escrutinio vigués. "Somos un partido nuevo que se presenta solo y hemos afianzado el proyecto; el mensaje está calando en los ciudadanos", enfatizó.

Los nacionalistas salieron muy heridos de esta cita. Después del batacazo recibido el 20D, cuando se quedaron sin representación en el Congreso tras casi 20 años, sus datos no hicieron más que empeorar: de 5.000 votos, conservan 3.300. El representante local del partido, Serafín Otero, reconoce que la bajada de apoyos es difícil de digerir. "Una vez perdimos la representación, la situación era muy complicada; votantes nuestros entendieron que lo mejor era el supuesto voto útil", razona.

Otero considera "injustos" los resultados tanto a nivel regional como local por el trabajo realizado en defensa de los sectores productivos como el naval. "El BNG siempre defendió el sector pesquero, la automoción, por no decir aquellos temas sociales importantes. Un trabajo de 20 años no merecía quedarse fuera del Congreso mientras se mantiene gente que no hizo nada por la ciudad", reprochó.

De cara a las autonómicas

Las elecciones generales han proporcionado a las fuerzas políticas un primer termómetro de cara a los comicios autonómicos. Si se extrapolan los datos a las próximas elecciones al Parlamento gallego, el Partido Popular ganaría, aunque sin mayoría absoluta. Muñoz señaló que "el camino" emprendido por el PP en esta cita electoral es "el que pidieron coger los vigueses" y que intentarán "arrastrar" al mayor número posible de ciudadanos a su proyecto. Justamente a Ciudadanos es a quien podrían necesitar para lograr gobernar ya que solo conseguirían 35 escaños. La líder de este partido en Pontevedra señaló que su equipo salió reforzado de las urnas y que encararán las autonómicas "mejor formados".

Carmela Silva advierte a la oposición que "no echen las campanas al vuelo" ya que "no podemos extrapolar" los resultados. Mientras, el grupo socialista tiene la vista puesta en En Marea, con quien se batirá por ocupar la izquierda. Rubén Pérez afirma que la confluencia debe abrir "un periodo de reflexión" para aumentar la participación ciudadana. Por su parte, el BNG expresó su confianza en estos comicios, ya que los considera una batalla diferente a las nacionales y además, Otero acude a un dato: "En el Senado duplicamos apoyos; sigue habiendo muchos nacionalistas".