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La campaña más televisiva

Los debates de los candidatos centraron, más que nunca, esta carrera hacia el 20-D y han sido cruciales para que miles de personas decidan su voto tras arrancar con más de un 40% de indecisos

La campaña más televisiva

Ha sido la campaña más televisiva, con muchas batallas que se libraron en la gran pantalla, con los debates entre los candidatos como puntos álgidos en esta carrera hacia el 20-D. Los principales momentos de las últimas semanas, echando la vista atrás, están vinculados al espectáculo en TV, a los mensajes lanzados por este medio en formato debate a dos, a cuatro o entrevistas individuales, pero rodeados siempre de un toque espectacular y en momentos de máxima audiencia en cadenas nacionales.

Y esas batallas dialécticas televisadas, seguidas masivamente en los hogares del país, han sido cruciales para la intención de voto de miles de españoles, un porcentaje de indecisos que a principios de esta carrera, cuyo desenlace se conocerá hoy, superaba el 40%. Como explicaron varios analistas políticos en las últimas jornadas, muchas de las nuevas caras en el actual panorama político cogieron tablas en los programas de tertulia. Y desde ahí han llegado a lo más alto, a liderar un proyecto de partido que en el actual escenario de fuerzas serán cruciales para la formación del próximo gobierno del país.

Empezó esta campaña con el debate a cuatro, entre Pedro Sánchez (PSOE), Soraya Sáenz de Santamaría (PP), Pablo Iglesias (Podemos) y Albert Rivera (Ciudadanos). Criticada, en este punto, la ausencia del presidente y candidato a la reelección, Mariano Rajoy, los analistas destacaron la soltura de Iglesias frente a los demás candidatos. De Soraya se echó en falta un poco más de emoción. De Sánchez se esperaba un poco más de pegada, según los críticos, y Rivera tampoco dio la talla. La ausencia de Rajoy se recondujo poco después con su intervención en el programa de Bertín Osborne, con una entrevista más personal. María Teresa Campos también realizó entrevistas "one to one" a los líderes.

Sin duda el clímax estuvo en el debate entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, moderado por Manuel Campo Vidal, en un formato menos actual que el previo (con los cuatro candidatos) con momentos de bronca incómodos incluso para el espectador e insultos tipo "indecente", "ruin", "miserable" o "mezquino". Todos estos instantes han quedado en la memoria de los ciudadanos. La otra parte de la campaña se libró en las redes sociales. Ambos canales ganaron terreno al mitin tradicional y a los actos a pie de calle.

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