La situación política nacional se cuela, de nuevo,en campaña, tras las polémicas palabras también en Galicia del líder de Podemos, Pablo Iglesias, y sus consecuencias en las redes sociales, con la guerra abierta esta semana. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, regresó ayer a Galicia para apoyar en la recta final de campaña a Xoaquín Fernández Leiceaga, candidato socialista en estas autonómicas. En clave gallega, Sánchez insistió en su mensaje de votar al PSdeG para apartar a Núñez Feijóo de la Xunta. Contra la derecha, tanto gallega como nacional, desplegó las armas contra la corrupción: "Votar PSOE es desterrar de la política gallega la palabra corrupción".

Aprovechó su intervención, Pedro Sánchez, para entrar, de algún modo, en la batalla iniciada por Iglesias o, al menos, para hacer un guiño y dar su opinión. Criticó Sánchez "la dureza" que exhibe la formación morada para atraer al electorado. Además, criticó "la profundidad ideológica de la nueva política", reprochando a Iglesias su negativa en la investidura. "Lo duro fue ver a Pablo Iglesias votando no junto a Mariano Rajoy a un gobierno progresista", apuntó el secretario general del PSOE. Es más, intentó encender la tecla de la "generosidad" de Podemos para construir "un gobierno de cambio apartado de desigualdad y corrupción". Sánchez sigue optando por intentar una unión con Podemos y Ciudadanos-galicia.html' target='_blank'>Ciudadanos: con varias invitaciones durante la campaña gallega para "levantar vetos cruzados" e intentar dialogar y entenderse para intentar formar gobierno, tras las elecciones de diciembre y las de junio. Y lanzó dicho mensaje Sánchez justo el día que convoca al Comité Federal para el próximo 1 de octubre después de que se pronunciaran, horas antes, los dirigentes de Extremadura, Guillermo Ferndández Vara, la andaluza Susana Díaz y Emiliano García-Page, de Castilla-La Mancha. El reto de la cita, además de analizar los resultados de Galicia y País Vasco, es buscar soluciones a la situación de bloqueo en el país. Por las palabras de ayer, de Pedro Sánchez, sigue alejado del PP y busca acercarse a Podemos y Ciudadanos-galicia.html' target='_blank'>Ciudadanos.

"No se puede acusar al PSOE de ser irresponsable por intentar formar un gobierno en el que cree y no apoyar un gobierno en el que no cree",expresó ayer en actos junto a Leiceaga en Vilalba y As Pontes. Dijo, además, que se debe a los millones de votantes que apostaron por un cambio en Moncloa. El Gobierno en España ha de ser "limpio, dialogante, creíble y social" y descartó al PP.

Mostró su preocupación por el silencio de Rajoy ante los casos de corrupción en el partido: "Quien calla, otorga", expresó. Y lanzó también mensajes para Galicia: "Feijóo es el delegado de Rajoy", apuntó, y dijo, de Leiceaga, que es "un buen gestor, buen hombre, comprometido con su tierra y experto en Economía", animando a votar cambio.

La 'confianza' del socialismo

Leiceaga tomó fuerzas y consideró que Feijóo está "desesperado" al pedir el voto de socialistas que se nieguen a un posible pacto con En Marea. Reiteró así su llamamiento, en un cruce de caladeros de votantes en el que las fronteras están cada vez menos definidas, o eso parece, a los "desencantados" con el PP, los casos de corrupción y quieran un cambio. Hay una "mayoría social" que lo desea, según sus palabras, y él se ofrece para liderarlo. Aseguró por la tarde, junto a Pedro Sánchez, que el PSdeG es "un partido de orden y moderado" frente a un PP que "agita el miedo". "No hay que temer a lo que viene después del domingo sino a cuatro años más del PP", expresó el candidato socialista. Aseguró, además, que la confrontación del populismo intenta dejar fuera de la contienda al PSdeG, refiriéndose a su rival, a Feijóo, para que le resulte "más fácil vencer" en las elecciones". "El populismo no genera confianza, el socialimo sí", proclamó Leiceaga. Añadió: "si nos movilizamos todos, el PP tendrá una sorpresa".

Leiceaga aposto ayer por tratar a Vigo como "capital de provincia", en un encuentro a primera hora en el Club Financiero, reunido con empresarios y cargos de partido, como el número 1 por Pontevedra, Abel Losada, o el 5, Gonzalo Caballero. Apostó por profundizar en el desarrollo de la Ley del Área Metropolitana, situando a la ciudad a la cabeza, además de "desbloquear" el urbanismo. También tocó la Ciudad de la Cultura. En Rianxo, el candidato socialista tuvo la oportunidad de navegar en un barco "bateeiro" y pisar una batea, escuchando las peticiones del sector. Les prometió que no habrá ley de acuicultura "que ponga en riesgo el litoral ni que impulse la privatización". Apostó también por un plan de saneamiento de las rías, con Xunta y concellos.