Los asistentes ayer al mitin del PP de Cangas se libraron de la maldición de alcanzar la tercera planta del Auditorio. Tarea complicada, la mayoría de las veces, ya que solo se consigue si se sube en ascensor, con un cupo de tres personas como máximo o escalando, en una peripecia, unas temblorosas y peligrosas escaleras que unen la segunda planta con la tercera, lugar de exposiciones y, últimamente, lugar que el gobierno municipal propone a la Junta Electoral para ser local electoral. Pero resulta que esta estaba cogido por una ONG, que el gobierno le dio permiso para ocupar este espacio sin reparar en que era local electoral. El PP no quiso armar bronca y su equipo de escena se puso a maniobrar de forma rápida para decorar el vestíbulo del Auditorio. Lo más difícil fueron la sillas. Se pusieron las que cabían. Pero se aprovecharon las escaleras como asiento y en la barandilla del primer piso, encima del escenario, se puso la clá, agitando las banderitas que previamente se habían repartido, junto a bolígrafos, caramelos y globos de color azul. En medio de los programas de mano aparecían las papeletas del PP, que nada podía faltar.

En la primera fila los prebostes del PP provincial y en la segunda los padres del candidato por la comarca, el conselleiro de Facenda, Valeriano Martínez, y el que nunca falta en estos mítines, el ex alcalde de Cangas, José Chapela Seijo. Allí también estaba otro ex, Luis Boullosa, además de la cúpula del PP de Bueu. Faltó Moaña, que no se deja ver por Cangas en acontecimientos semejantes y que siempre consigue traer a Feijóo a sus lares, ahora más que va a ser vecino. Sentados en las escaleras, la miltancia, los afiliados, algún que otro converso y la ambientación. Debajo de las escaleras, la canallesca y en el centro un pasillo por el que entraron Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Rueda Valenzuela, cuando el presidente del PP de Cangas, José Enrique Sotelo, ya había terminado su intervención y Valeriano Martínez había tomado el releveo. Ambos entraron en olor de multitudes, con música de campaña, aplausos, saludo de manos y besos.

Sotelo mostró sus dotes para el mitin de cuerpo a cuerpo. Repartió a un lado y a otro. Llamó momia a Xosé Manuel Beiras y paracaidista a la candidata de Ciudadanos, Cristina Losada, a la que arreó dialécticamente por aquello de la bandera de Galicia con la banda a la inversa y soltó a aquello de que Galicia es España para el PP, aunque para otros acaba en O Padornelo.

Valeirano Martínez habló en un lenguaje técnico. Ofreció datos económicos a la rapidez de un superheroe de cómic y se emocionó al presentar a sus padres, que estaban sentados en la segunda fila del improvisado escenario.