Después de ocho días con las persianas cerradas en las cinco tiendas de Bershka en Pontevedra, las trabajadoras de la cadena de Inditex en la provincia decidieron ayer por unanimidad acabar con la huelga indefinida que mantenían para exigir una equiparación de sus condiciones con las de la plantilla en A Coruña. Según la CIG, la empresa se resistió hasta el último momento a abonar una parte de los pluses, pero finalmente recibirán 120 de los 130 euros que cobran las empleadas de la firma más joven del gigante textil en la otra provincia. Bershka valora la vuelta a la normalidad y destaca que la mayoría de las mejoras acordadas "ya estaban sobre la mesa desde junio". Las que tienen que ver con el sueldo permitirán a las 65 trabajadoras ingresar entre un 16% y un 23% de media más sobre lo fijado por el convenio del textil de Pontevedra.

El escollo principal del conflicto, como admiten ambas partes, estaba en el plus de 50 euros que reciben en A Coruña. Es proporcional a la jornada laboral y se suma a otro de 80 euros fijo. El acuerdo se cierra con 40 euros, repartido entre 30 el próximo año y 10 en 2019, cuando quedará consolidado.

Los preavisos para hacer horas complementarias se harán con una semana de antelación; los días por lactancia irán de 35 a 39 en función del tipo de jornada, con ayudas de 150 euros por nacimiento o adopción; y habrá incentivos del 1,6% para las terceras encargadas de tienda, entre otras medidas, como la compensación de un máximo de dos días (160 euros) por días de asuntos propios sin disfrutar.

"Fue un conflicto unitario de larga duración contra una gran empresa como Inditex en el que encontramos muchas dificultades", subrayó Transi Fernández, secretaria nacional de la CIG-Servizos.

La dirección de Bershka sostiene que los incrementos salariales ascienden a entre 1.711 y 1.920 euros brutos. "Las empleadas siempre cobraron por encima del convenio", sostienen, frente a las acusaciones de estos días sobre la precariedad de los puestos. La cadena insiste en que todo, "salvo la parte salarial", estaba negociado desde junio y pone en valor que el 53% de la plantilla -"La mayoría indefinidas"-, disponen de reducciones de jornada y horarios conciliados.