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El entrenamiento que ataca la vergüenza con el inglés

Una consultora viguesa lanza en colaboración con varias empresas un innovador máster para combatir el problema de las carencias lingüísticas

Responsables de Synergy y profesores del máster, ayer en la sede de la empresa. // Marta G. Brea

Que levante la mano quien no haya disimulado sus carencias en inglés con el típico apunte de "nivel intermedio" en el apartado reservado a los idiomas en el currículum. Sí, mal de muchos. Seis de cada diez españoles ni lo habla, ni lo lee, ni lo escribe, frente al 27,7% que sí lo hace, según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). No están mucho mejor las cosas en Galicia, donde el 70% de la población admite carecer de conocimientos y solo el 3% lo usa sin problemas. Con tan poca competencia, lo de escurrir el bulto ante una oferta laboral puede no ser demasiado complicado... hasta que el empleo depende de una entrevista... y te informan de que será en inglés.

"Entonces, hay un silencio al otro lado del teléfono que lo dice todo", cuenta Ana Varela, de Recursos Humanos en BorgWarner Automotive. En el día a día de la multinacional estadounidense en su planta de Vigo el inglés es mucho más habitual que el gallego o el castellano. Las viejas técnicas de aprendizaje sirven de poco ante la mesa de una conference call con participantes de medio mundo, sus respectivos acentos y las distorsiones propias de la comunicación telefónica, "en la que no puedes perder detalles". "Nosotros tenemos relaciones con 30 países -asegura también Almudena Alonso, de Ardagh Group, la antigua Megasa-. Y no se trata solo de comunicación, también son negociaciones".

Aunque el debate sobre la mejora de las empresas se centre casi siempre alrededor de la innovación, las carencias lingüísticas tienen un precio. Que paga la competitividad. Se esfuman clientes, las compañías pierden oportunidades de negocio o no queda otro remedio que fichar personal en otro país, con el correspondiente sobrecoste para las cuentas.

Fruto de la experiencia acumulada con BorgWarner, Ardagh y otras empresas de la zona con las que llevan 15 años trabajando en la formación de sus trabajadores, la consultora viguesa Synergy Didactic prepara el lanzamiento de un máster en "professional communication" (comunicación profesional). El nombre va ya en inglés como declaración de intenciones sobre lo que quieren hacer. No es un curso de idiomas convencional. El enfoque es práctico desde el primer minuto y se concibe como "un entrenamiento personal" para romper las barreras con la lengua extranjera y, sobre todo, el miedo y la vergüenza que tanto lastran a las personas para atreverse a hablar".

"Una persona recién licenciada tiende a capacitarse más con formaciones específicas para intentar ser un crack de lo suyo, pero luego su nivel operativo de inglés no es suficiente", apunta David Lemos, director de Proyectos de Synergy. Surge entonces "el gran dilema" para las empresas. "Entre dos candidatos, uno con un perfil muy especializado y sin idioma, y otro que puede ir especializándose en la práctica, pero cuenta con un nivel lingüístico adecuado -añade Lemos-, el segundo puede tener más opciones".

¿Cuál es el objetivo del máster? "Que lo que te toque vivir en el ritmo cotidiano de la empresa no te coja por sorpresa", resume.

Las primeras 100 horas del máster, que se presenta este viernes por la tarde en el Hotel Axis a las empresas viguesas, aprovecha las técnicas del coaching para encauzar al alumno y "cambiar el chip" . "Con el título C1 o C2 de Cambrigde no desaparece el bloqueo", explican en Synergy. De ahí el concepto de "entrenamiento" con el que se hila la preparación de los alumnos. Ir a lo concreto. Por ejemplo. "Ante una situación delicada en una reunión porque hay que modificar un proyecto es probable que la construcción en inglés del mensaje sea complicada y, o bien llegue ese bloqueo o no seas contundente en la comunicación", indica Lemos. La solución puede ser tan lógica como crear frases más sencillas y directas, nada sofisticadas e igual de efectivas. "Eso requiere -continúa- acostumbrase a pensar de otra manera".

El esqueleto del máster son las 250 horas de práctica constante en "todas las situaciones posibles" en las que hay que tirar del inglés en una compañía. Desde la presentación de un proyecto, a una conversación telefónica o las cada vez más frecuentes conference call, en las que no existe el apoyo del lenguaje gestual y a menudo el ruido juega en contra de los interlocutores. El trabajo se reparte en diferentes seminarios -hay la posibilidad de participar en ellos, aunque no se curse el ciclo al completo- con la colaboración de directivos de media docena de empresas asentadas en Vigo y su área, que además se encargarán de la evaluación final de los alumnos. Es la cuadratura del círculo y el espíritu con el que nace el máster: que sean las propias empresas las que revisten las aptitudes de los futuros trabajadores porque son las que saben lo que necesitan.

Además, al final del máster, Synergy incorpora 50 horas de preparación para el examen Bulats, uno de los más demandados actualmente en el mundo de los negocios.

"En las empresas no buscamos especialistas en vocabulario, gramática... Se requiere lo mínimo para crear frases con sentido, entender y hacerse entender -dice Almudena Alonso-. Hay que perder los complejos, fomentar las habilidades comunicativas, con trucos". "Lanzarse es crucial. Actitud y proactividad -señala Ana Varela-. No debemos tener vergüenza del acento porque no es fácil de cambiar. Es tener una base un saber utilizarla".

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