En el día después del anuncio de la intervención del Popular y su venta exprés por un euro al Santander, los encargados del área de Recursos Humanos de ambas entidades se sentaron con los representantes de la plantilla, más como bienvenida protocolaria que por cuestiones de fondo. Porque, de momento, los compradores no quieren poner fecha a nada. La asistencia al encuentro del responsable del Santander es, para los sindicatos, "la prueba de que ahí se decide ya todo". La presidenta, Ana Botín, insistía el pasado miércoles en que a todos los efectos son un único grupo y, como también avanzó ella, a los trabajadores se les remarcó ayer que el futuro pasa por unificarlo todo. "La hoja de ruta es una integración y una única marca", cuentan fuentes sindicales a FARO. "Es -añaden- de lo poco que quedó claro en la reunión". Así que tanto Popular como su filial Pastor, lo esperable, desaparecerán "con el tiempo". El resto de las muchas interrogantes se quedaron sin respuestas, incluidas las referentes al ajuste de las oficinas duplicadas y el empleo.

"Lo único que nos han dicho es que empezaron a estudiarlo. Pero que no hay fecha. Que cuando tengan los datos, lo dirán", sostienen las mimas fuentes. Sin más, "a pesar de que lo hemos preguntado de 100 maneras diferentes". La cúpula del Santander se ampara en que el análisis "lleva su tiempo" y que no se pueden adelantar acontecimiento. En los sindicatos queda un sabor de boca agrio. Recuerdan que cuando se formalizó la absorción del Pastor por el Popular, "desde e primer momento se descartaron medidas drásticas y se habló de prejubilaciones". "En este caso -añaden- ni confirman ni desmienten". Precisamente por el Pastor, si hay un territorio especialmente pendiente de las decisiones laborales y operativas derivadas de la operación es Galicia.

El Santander, que rondaba un 9% de la cuota del negocio en Galicia, salta de la quinta a la segunda posición, gracias al 20% que recibe del Pastor, con los más de 1.100 trabajadores ligados a sus 200 oficinas y los casi 200 pendientes de traspaso desde sucursales del Popular. El equipo de Botín en la comunidad supera los 800 empleados y 170 sucursales. La integración roza las 400 oficinas y por encima de 2.000 efectivos. "Sabemos que va a haber ajuste -lamentan las fuerzas sindicales en Galicia-. Y llevamos mucho al límite psicológico".

Al intento de calma que lanzó el miércoles la propia Botín con la promesa de una integración "ejemplar", se unieron ayer las palabras de su consejero delegado. "La plantilla del Popular, cómo no, va a tener continuidad. Son magníficos profesionales que siguen teniendo que atender a los cuatro millones de clientes porque durante un tiempo la integración operativa no estará realizada", apuntó José Antonio Álvarez en unas declaraciones recogidas por Europa Press antes de su intervención en el Encuentro Bancario Iberoamericano. El impacto en las cuentas del grupo Santander "será muy menor, aunque es pronto para decirlo". "Lo importante -continuó- es que el banco ha recuperado la normalidad y los clientes pueden operar como operaban normalmente con el banco y los empleados están trabajando normalmente también".

El FROB confirmó ayer que los tambores de venta empezaron a sonar realmente el sábado ante el temor el margen oficial que manejaba el Popular, hasta el 10 de junio, se agotase sin comprador. Con la información de los depósitos disponibles, el Banco Central Europeo (BCE) declaró la inviabilidad del grupo presidido hasta entonces por Emilio Saracho: 60.347 millones de euros, de los que 35.410 millones eran de depósitos de menos de 100.000 euros. El precio fue la razón de la entrega a Santander, aunque el FROB no aclara si se recibieron más ofertas. BBVA insistía ayer que ella no.

En el estudio que en fondo encargó para analizar las cuentas del Popular, el valor, en un escenario normal, era de -2.000 millones de euros. En la hipótesis más dura, -8.200 millones.

José Antonio Álvarez | CEO del Santander

"La plantilla del Popular, cómo no, va a tener continuidad. Son magníficos profesionales"