Lo daban por hecho los mercados y los socios y se está cumpliendo. Las acciones de la vieja Pescanova (Pescanova SA) han regresado al parqué con un desplome de más del 90% de su valor y cotizan ahora en el umbral de los 40 céntimos. La última vez que había pisado la Bolsa, el 12 de marzo de 2013, había cerrado en 5,91 euros.

Esta depreciación inmediata supone la pérdida casi completa de la inversión de los minoritarios, que llegaron a pagar 22 euros por título antes de la última ampliación de la empresa durante la etapa de Manuel Fernández de Sousa, en 2012. Entonces la compañía estaba quebrada, pero sus cuentas reflejaban un resultado irreal de 36 millones de beneficio.

El único activo que tiene a día de hoy la vieja Pescanova es una participación del 1,6% en Nueva Pescanova SL, la sociedad que heredó el negocio pesquero y que está controlada por los acreedores tras una quita de 1.560 millones de euros y una posterior ampliación de capital (ejecutada el 19 de abril) de 340 millones.