La de Boston (Seafood Expo North America) es una de las cuatro grandes ferias de la industria de elaborados de productos del mar en el mundo junto a la de Bruselas, Vigo y China (itinerante, la última edición fue en Qingdao). Es un escaparate para un mercado que ambicionan las empresas gallegas, que crece al 4% y tiene casi 320 millones de bocas que quieren comer mejor. Pescanova es la mayor de las integrantes de la delegación gallega a este evento (abierto desde hoy hasta el martes), compuesta por una quincena de empresas. La multinacional de Chapela acude con stand propio y bajo la filial con sede en Florida, que ha de centralizar la venta en el país de merluza negra y gambón. Allí confía en elevar sus ventas un 60%, de los 20,9 que facturó el año pasado a los 135,2 previstos para 2020. Y el resto de la industria no quiere perder el paso: en 2016 las exportaciones a Estados Unidos ascendieron a 15,77 millones, un 25% más que en el año anterior. Eso sí, el mercado yanqui no llega al 1% del total de ventas al exterior gallegas.

Stolt Sea Farm (rival de Pescanova en el rodaballo de acuicultura), Iberconsa, Galfrío, Congelados Noribérica, Videmar o la conservera Orbe son algunas de las pesqueras que acuden a Boston, casi todas bajo el paraguas de la Xunta. Encaran un mercado que consume 22 kilos de pescado por cabeza al año, sobre todo congelado (60%) y casi siempre fuera de casa (65%). Con estos mimbres es preciso adaptar la oferta, tanto en producto como en formato, porque la gran industria de elaborados señala EE UU casi de forma unánime como uno de los objetivos a medio y largo plazo. La viguesa Orbe, por ejemplo, ya vende a este país el 52% de su producción anual (24,5 millones de euros en 2015), y el atún que enlata en Pontecaldelas es una de las especies que más cautivan el paladar norteamericano. Langostino, salmón, abadejo y tilapia son, con el atún en conserva, las más vendidas.

Pescanova tiene el langostino como punta de lanza para penetrar en los canales food service y retail de EE UU, tanto el salvaje de Argentina como el acuícola de Centroamérica. Con el mercado de producto transformado capitalizado por las conserveras (Bumblee Bee, Chicken of the Seas, MW Polar Seafoods), su competencia es poderosa en congelados. La principal, la de la marca blanca (de ahí que estudie renunciar a la de Pescanova en este país), que representa el 30% de las ventas, pero también la de Thai Union, Pinnacle o High Liner Foods. A su favor, y del resto del sector, que no existe nada parecido a una hegemonía y el mercado está muy fragmentado. La falta de producción propia de tilapia (solo la cría la multinacional de Chapela), salmón y formatos de venta muy distintos a los de España (porciones, snacks) serán un reto para la industria de Galicia, la más potente de la eurozona.