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Los retos de la industria

La minera que buscará fosfato en el caladero namibio inicia una campaña contra la flota gallega

El socio del multimillonario Mohammed Al Barwani sugiere que los armadores explotan el mar sin generar riqueza - Asegura que las redes destruyen más que dragas y perforadoras

El namibio Knowledge Katti tiene el 15% del proyecto Sandpipe y es su portavoz. // @knowledgekatti

A bordo de un Bentley por Estados Unidos, de esmoquin en el festival de cine de Cannes, fumando un Cohiba en La Habana, sobrevolando Saint Tropez en un helicóptero privado o a bordo de un megayate en Río de Janeiro. Es el particular álbum de fotos social de Knowledge Katti, dueño del 15% de la empresa que pretende remover y dragar 2.333 kilómetros cuadrados en pleno caladero de Namibia durante veinte años, donde faenan unos 40 barcos de capital gallego. Es el middleman (intermediario, aunque no le gusta que le llamen así) del multimillonario omaní Mohammed Al Barwani, propietario del 85% restante, y acaba de iniciar una campaña de desprestigio contra la industria pesquera asentada en el país después de que su proyecto se haya bloqueado temporalmente. De la flota española -mayoritariamente de Vigo y Marín- sugiere que no revierten en la ciudadanía la riqueza que obtienen en el país y que sus redes son más destructivas que una excavación en el fondo del mar.

En una entrevista concedida a The Namibian, Katti es inquirido por las acusaciones de perseguir solo su propio beneficio a costa de destruir los recursos naturales del país. "Eso es como que la industria de la pesca solo beneficia a unos pocos de aquí y a sus socios españoles", responde. El empresario sale así a la palestra (es muy activo en redes sociales, donde defiende con vehemencia la minería submarina) después de que el Gobierno suspendiese la licencia ambiental de la mina, sin la que no pueden empezar a operar, tras una campaña coordinada de las empresas pesqueras. "Somos conscientes de que hay compañías de pesca que pagan cero impuestos y deben gravámenes, pero eso no es asunto mío", desliza. El directivo asegura que la excavación en el caladero, denominado Project Sandpipe, aportará 700 millones de dólares namibios (47,7 millones de euros) a las arcas públicas, y que él mismo ha dispuesto un fondo de 1,3 millones de euros en favor de su comunidad natal, Kuisebmond. Asegura que con esta acción, que garantiza que tendrá continuidad gracias a los ingresos derivados de la mina, lidera a "asociaciones por la reducción de riqueza en Walvis Bay".

Knowledge Katti no escatima en críticas hacia el sector pesquero. Sostiene que de él partieron las acciones de "sabotaje" a la mina de fosfato aludiendo a su enorme daño ambiental, pero defiende que las redes de arrastre son más perjudiciales. "Un solo barco arrastrero genera una huella de tres kilómetros cuadrados al día", frente a la de 2,5 al año que, dice, causarían las dragas submarinas. "Es sorprendente que casi todos los ejecutivos pesqueros desconozcan la realidad de nuestro proyecto, actuando solo por miedo". La patronal del sector en el país llevará a la compañía adjudicataria (Namibia Marine Phosphate) y al Ministerio de Medio Ambiente a juicio a finales de enero por "irregularidades" en el proceso de concesión de licencia ambiental, ahora en standby.

Pese a que el sector reporta al país 10.000 millones de dólares namibios en ingresos de explotación al año, Katti asevera que solo 48 millones se revirtieron en acciones de responsabilidad social corporativa. "En vez de usar dinero para que científicos lo confirmen [que la mina es inocua], la patronal pesquera lo gasta en un juicio mientras los trabajadores sufren y otras personas no encuentran empleo". En una frase en la que admite sin quererlo un daño derivado de las dragas en el fondo del mar, zanja: "El arrastre también genera un rastro de sedimentos que libera numerosas toxinas".

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