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Los retos de la industria pesquera

China desafía la flota gallega con una gran base logística en Uruguay

Shandong Baoma invertirá 190 millones en la infraestructura para aprovisionar y reparar barcos asiáticos. Sobreexplotan pesquerías como la pota

Una "invasión" de barcos en la milla 201 | Los barcos poteros trabajan de noche con un promedio de 200 lámparas de 2.500 vatios cada una. Gracias a este impacto lumínico el Gobierno argentino puede comprobar la prevalencia de barcos extranjeros frente a su caladero. En la imagen se observa a numerosos poteros justo en la llamada milla 201, donde pueden operar al margen de las disposiciones científicas y legales que rigen la pesquería de pota.

Galicia es referencia europea en la transformación de pota (illex argentinus) y calamar (loligo patagonica), con Argentina e Islas Malvinas como principales proveedores. En el primer país faenan medio centenar de buques de capital gallego y bandera local, sujetos a las disposiciones, cuotas y vedas del Consejo Federal Pesquero (CFP). Quince de ellos son poteros que faenan dentro de las 200 millas, la llamada Zona Económica Exclusiva (ZEE). Cada vez que pescan cerca de esta delimitación entre febrero y julio -periodo de capturas de esta especie- observan una manifestación de barcos extranjeros, casi todos chinos, que operan al margen de toda disposición científica en la milla 201 (fuera de la ZEE). El Gobierno argentino tiene fichados a 260 buques que, aseguran, esquilman el caladero y operan sin ningún control ambiental, laboral o sanitario. A partir del año próximo todos estos barcos tendrán una megabase logística cerca de Montevideo (Uruguay), lo que le permitirá seguir faenando en la milla 201 y descargar dos millones de toneladas de pescado al año. Es el doble de lo que captura la flota de bandera española en todo el mundo.

El holding asiático Shandong Baoma Fishery Group invertirá 210 millones de dólares de inicio (190 millones de euros) en una obra colosal: dos muelles de 800 metros, un astillero de reparación, una factoría de transformación de pescado, otra de harina, una más de hielo, un depósito de combustible de 20.000 toneladas, un campo de estiba para contenedores, edificio de oficinas y habitaciones para la plantilla. Para el sector argentino Uruguay brinda así al capital chino la capacidad de instalarse definitivamente en el Cono Sur al margen de cuotas y minorando la capacidad de pesquerías como la de merluza o pota (la de langostino es olímpica). A modo de ejemplo, y de acuerdo a los datos que ofreció en Vigo el subsecretario de Pesca argentino, Tomás Gerpe, los 63 poteros de bandera local (14 gallegos) faenaron este año 53.869 toneladas de pota. Los 260 de bandera extranjera, unas 40.000. Y sin tener que abonar tasas a la exportación, como sí deben hacer las compañías gallegas asentadas en Puerto Madryn o Puerto Deseado.

Ante la escasez

El problema se agudiza en ejercicios como el de 2016, con una escasez generalizada de cefalópodos a nivel global. De acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep), en 2015 se faenaron en el mar argentino (dentro y fuera de la ZEE) casi 877.400 toneladas de pota. El 45%, cerca de 392.000 toneladas, fueron capturadas por esos 260 barcos de bandera extranjera más allá de la milla 200 de jurisdicción local. De ellos, como explicó Gerpe, 160 son chinos, 35 de Corea del Sur, otros 25 de Taiwan y 15 de propietarios españoles.

La intención de Shandong Baoma Fishery es de prestar apoyo logístico para todos estos barcos. "Se eligió Uruguay para convertirlo en una base de reparación y suministro de recursos materiales para todos esos barcos de China, de Taiwan y otros países que pescan en Atlántico Sur", declaró al periódico uruguayo La República el responsable del holding, Jiang Hongiun. Hasta ahora estos buques no disponían de ningún emplazamiento en tierra como puerto de referencia en el Cono Sur y, como añadió Hongiun, "hay gran cantidad de barcos pesqueros trabajando en el Atlántico Sur, y cada dos años deben regresar a China para ser reparados por completo, eso es muy costoso. Por eso es necesario construir en un país de la región un puerto que sirva de base de pesquería". En Argentina, y bajo la jurisdicción local, operan compañías viguesas como Pescanova, Iberconsa, Profand, Fandicosta y Vieirasa. Además trabaja también la socia de Pescapuerta en el país (Estrella Patagónica) o Altamare (de Shanghai Kaichuang, dueños de la conservera Albo).

La industria asiática redobla su ofensiva para estar en todos los mares del mundo

Apuesta por comprar empresas para tener acceso total a la materia prima

  • En la ciudad china de Qindgao se celebra cada año la mayor feria de la industria pesquera de Asia. Sus astilleros están construyendo 24 buques para la pesca de gran altura, a sumar a los 51 ya operativos. Como explica el periodista Mark Godfrey, asentado en Pekín y especializado en el sector, "lo que está haciendo China es parecido a lo que hicieron las empresas españolas en los años 60 y 70, que fletaron una flota gigante por todo el mundo para asegurarse materia prima. Y, como las españolas, las empresas chinas están comprando compañías en Latinoamérica y el norte de África para asegurarse licencias de pesca y puertos base donde procesar y atracar sus barcos". Es una ofensiva que han acentuado en los tres últimos años.Una de las protagonistas tiene desde junio un pie en Vigo. Se trata de Shanghai Fisheries General Corp (a través de su filial cotizada, Shanghai Kaichuang), que pagó 61 millones de euros por la histórica conservera viguesa Hijos de Carlos Albo. Su presidente, Shaohua Pu, ostenta el mismo cargo en ambas firmas. "Expandiremos nuestra actividad pesquera a los siete mares del mundo", declaró en agosto al periódico China Daily. Están ya en diez países de América del Sur, África, Oceanía y la Antártida, además de tener una de las mayores flotas pelágicas de Asia. Su inmersión en Sudamérica fue posible también gracias a otra empresa de Vigo. En 2014, y a través de Jinyou Deep Sea Fisheries, abonó 21,5 millones de dólares (19,5 millones al cambio actual) por Altamare, antigua subsidiaria de Armadora Pereira en Argentina. Tanto esta compra como la de Albo (gracias a la que pudo entrar en el mercado europeo con marca propia) la hizo en cash.Pero Shanghai Fisheries es solo un ejemplo. China National Fisheries, un grupo con 250 barcos, acaba de comprar una trader de Portugal, Marfresco, con la intención de competir en el mercado ibérico con firmas potentes como Pescanova, Angulas Aguinaga, Iberconsa, Mascato o Profand. China Africa Fisheries es una joint venture de capital asiático para el este de África, y el mayor accionista de los fabricantes de ordenadores Lenovo, Legend Holdings, acaban de crear otra alianza (KB Food Group) con la familia australiana Kailis para ser líderes en la zona Asia-Pacífico. Los Kailis fueron históricos socios de Pescanova en Austral Fisheries, donde estaban al 50%, hasta que la pesquera de Chapela lo vendió en pleno concurso. Ahora es el gigante japonés Maruha Nichiro.

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