El expresidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, no vulneró las reglas éticas de la Unión Europea al aceptar el puesto de director no ejecutivo y asesor del banco de inversiones Goldman Sachs, según ha concluido la comisión ética ad hoc a la que el actual Ejecutivo comunitario encargó el análisis del caso.

"La comisión ética no ha encontrado base suficiente para establecer que hubo violación de la obligación de integridad y discreción (que exige el Tratado de la UE a los excomisarios)", según indica el informe remitido a Bruselas el pasado miércoles.

En su explicación, el grupo de expertos designado por Bruselas considera que Barroso "no mostró el juicio debido que uno puede esperar" de alguien que ocupa un alto cargo como el suyo durante tantos años, pero advierte de que su valoración debe basarse en la legalidad del fichaje y no en si es "juicioso o reprobable".

También ha avisado de que no ha entrado a juzgar si el Código Ético que regula el comportamiento de altos eurofuncionarios es "suficientemente estricto" o no, sino que debe cumplir con su evaluación en base al reglamento "tal y como está", y que en estas circunstancias no se ha producido un comportamiento sancionable.

Así, los expertos han recalcado que Barroso ha cumplido en todo momento las normas comunitarias, si bien han apuntado cierta "negligencia" si no valoró antes de aceptar su nuevo puesto que el paso a Goldman Sachs daría paso a críticas y "correría el riesgo de dañar" no sólo su imagen, sino también la de la Unión Europa en su conjunto.

El pasado mes de octubre, dos plataformas formadas por eurofuncionarios y representantes de la sociedad civil que exigen medidas más duras contra las puertas giratorias y por un comportamiento ético de los representantes de la UE entregaron a la Comisión más de 200.000 firmas exigiendo un castigo ejemplar para Barroso.