El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, confía en poder cerrar la OPA por BPI antes de que acabe el año y marca esta operación como prioridad para la entidad catalana, que descarta por ahora abordar otras adquisiciones: "BPI supondrá un esfuerzo muy importante en los próximos 12-24 meses". Gortázar compareció ayer para presentar los resultados económicos del banco, que obtuvo un beneficio de 970 millones de euros en los nueve primeros meses del año, un 2,6% menos con respecto al mismo periodo del año anterior, que incluía extraordinarios por la integración de Barclays Bank SAU.

El responsable de CaixaBank descartó posibles desinversiones e indicó que ha abandonado los consejos de las participadas Inbursa y Erste Bank y entrado en el de BPI para centrarse en la operación lusa: "Tiene sentido porque está prevista su toma de control y para estar más tiempo donde creo que debo estar en los próximos trimestres y años". Gortázar explicó que su misión será "apoyar que el proceso de transformación que liderará el equipo directivo de BPI se haga con éxito", destacando el valor de la entidad portuguesa, que tiene 39.000 millones de euros en activos, 1,8 millones de clientes en Portugal, un 4,6% de morosidad y un 85% de cobertura, si bien ha apuntado a aspectos a mejorar, como que la rentabilidad actual no permite cubrir los costes del capital.

También indicó que, si CaixaBank consigue la toma de control de BPI con la OPA, buscarán "sacar lo mejor de las dos entidades", y resaltó que CaixaBank no participa en el proceso de venta de Novo Banco en Portugal, sino que es BPI.

CaixaBank cuenta con 13,8 millones de clientes, 5.089 oficinas y 9.476 cajeros, y en los últimos doce meses ha aumentado su liderazgo en banca de particulares y ha alcanzado una cuota de penetración del 29,5% (+120 puntos básicos) y del 25,7% como banco principal (+170 puntos básicos), según la consultora FRS Inmark.