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El crudo desafío de Pescanova en Mozambique

El país africano se lanza a buscar petróleo donde faenan 32 barcos marisqueros de la multinacional

Uno de los barcos de Pescanova en Mozambique // FARO

"En mis tiempos se decía eso de que donde hay petróleo, hay camarón". Este antiguo directivo de la industria pesquera se refiere a una época donde las prospecciones sísmicas en alta mar eran una industria en desarrollo en la que estos crustáceos hacían, para los más veteranos, las funciones de zahorí. Ahora el petróleo en zonas offshore se busca a golpe de cargas acústicas en forma de haz en baja frecuencia, capaz de penetrar la corteza terrestre hasta 40 kilómetros y ejecutadas desde buques de alta tecnología. Y con ellos Mozambique aspira a hacerse un hueco entre los productores de petróleo. El Instituto Nacional de Petróleo (INP) del país acaba de adjudicar a la compañía francesa CGG un contrato para localizar reservas de energía fósil en sus aguas territoriales. En la más extensa, la del delta de Zambeze, faenan los 32 buques de la filial de Pescanova.

En esta zona pesquera las prospecciones sísmicas en 3D afectarán a una superficie máxima de 40.000 kilómetros cuadrados, cuya explotación petrolífera tiene ya (a la espera de los resultados finales de CGG) interesados: se trata del gigante norteamericano ExxonMobil, Exploration and Production Mozambique Offshore y la rusa Rosneft. Otras empresas dispuestas ha invertir en el negocio a lo largo de toda la costa mozambiqueña (han anunciado inversiones de unos 620 millones de euros) son ENI, Sasol, Statoil o Delonex, según la información oficial del INP.

Pescanova opera en el país a través de Sociedade de Pesca de Mariscos (Pescamar), fundada en 1980 como empresa mixta y en la que posee el 70% del accionariado. Desde la multinacional explican que "no es la primera vez que hay este tipo de iniciativas", y la adjudicación a la compañía sísmica gala se produce después de haber cerrado una quinta ronda de licencias que, debido a la fuerte contracción del precio del petróleo, no suscitó un especial interés. Desde Pescanova defienden que estas iniciativas "son habituales en la costa africana" (las hay en Angola o Namibia, donde también faenan), y se resignan a tener que convivir con ellas.

La flota actual de Pescamar está compuesta por 32 camaroneros de entre 20 y 30 metros de eslora, que faenan al año "entre 2.000 y 3.000 toneladas" de langostino jumbo, tigre, banana o king. La riqueza del delta de Zambeze (o banco de Sofala) varía según las fluctuaciones en el caudal del río del mismo nombre, como detalló ya en los noventa el investigador Tor Gammelsrød.

En la industria hay armadores que se revuelven contra las prospecciones sísmicas en zonas de pesca (NAFO o Gran Sol) y otros que, bien porque no se consideren afectados o por non lidiar con los terceros países, optan por quitar hierro a estas actividades. Expertos como el galo Michel André sostienen que, "a menos de 500 metros dentro del haz sonoro producido, toda forma de vida sufriría daños irreparables".

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Reclaman la renuncia de la síndico de Acuinova

  • La compañía chilena HDI Seguros ha reclamado la revocación de la síndico (figura similar a la de administradora concursal en este país) de Acuinova Chile, Mariclara González Lozano, por haber favorecido presuntamente a uno de los bancos acreedores de la antigua filial de Pescanova en el reparto de fondos en concepto de deuda concursal. Según el escrito González asignó al banco BCI una deuda reconocida de 2,9 millones de dólares en el mes de febrero, obviando (según los demandantes) que ya se había incluido este débito en el concurso de Pesca Chile. Esta última empresa era la matriz de la filial, que Pescanova perdió después de haber entrado en impago en mayo de 2013. Según la información de la multinacional gallega el importe a recuperar de la liquidación de los activos chilenos ascendía a 46 millones de euros. La última información disponible del grupo (de 2015) es que el importe ingresado fue de 15 millones, una tercera parte del monto total. Ahora será el 4º Juzgado Civil de la capital chilena el que deberá dirimir si la síndico debe renunciar o no.

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