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Pescanova SA, el milagro y la catarsis

La asamblea general ordinaria y extraordinaria del próximo día 21 se presenta como una batalla entre dos posiciones enfrentadas sobre el consejo: la continuista y la transgresora

Vista panorámica de las instalaciones de Pescanova en Chapela. // Marta G. Brea

Septiembre se ha convertido ya en un mes asociado a la toma de decisiones en Pescanova. En 2012, mientras el mercado aplaudía la capacidad de convicción de la compañía -había colocado una tercera emisión de bonos convertibles y una ampliación de 125 millones- su líder, Manuel Fernández de Sousa, se encomendaba a la venta de una salmonera para esquivar el escándalo. Un año después, un 12 de septiembre, el otrora mandamás del grupo dejaba de ser consejero y ocupaba su puesto el banquero Juan Manuel Urgoiti. En 2015 el vuelco fue completo y, también en septiembre, la banca acreedora se hacía con el control del capital en contraprestación a los 1.860 millones que había perdido (pasarían a 1.560). Y vuelve de nuevo el noveno mes del calendario para forzar a todas las Pescanovas, la vieja y la Nueva, a decidir en qué mar echar las redes.

¿Qué se celebra el día 21?

-La asamblea general ordinaria y extraordinaria de Pescanova SA. Esto es, a la vieja Pescanova o la antigua matriz, cuyo único vínculo con la pesquera es que tiene un 20% del capital. Por primera vez desde mediados de los sesenta, cuando la empresa se asentó en Chapela (tras la compra de Compañía de Pesca e Industrias del Bacalao, Copiba, por 45 millones de pesetas), el cónclave será fuera de esta parroquia redondelana. Está convocado para el multiusos de A Xunqueira, en el centro de la localidad.

¿Por qué es una reunión importante?

-Porque los accionistas de Pescanova SA, cuyos títulos llevan suspendidos en Bolsa desde marzo de 2013, deberán decidir qué rumbo sigue ahora la sociedad. En este sentido hay dos propuestas, una continuista y otra más transgresora. Ambos bandos han empezado ya a hacer campaña para decantar los votos a su favor. A la orden del día inicial, convocada por el consejo, se han incorporado las peticiones del fondo de inversión Broadbill Investment Partners, que abandera ese giro de 180 grados en la gestión de la empresa.

¿Qué idea tiene el actual consejo de Pescanova SA?

-La estrategia del actual órgano gestor pasa por exprimir al máximo sus opciones para mantener un paquete importante del accionariado de Nueva Pescanova. A día de hoy atesora el 20%, pero la multinacional pesquera no estará en condiciones de repartir dividendo en quince años por el calendario de pagos del concurso. La intención de la banca es de ampliar capital por un importe de entre 400 y 600 millones de euros, y para que la vieja Pescanova pudiese mantener no ya el 20%, sino una parte importante del accionariado, debería contribuir con efectivo. Ahora mismo no le es posible, de ahí que urja su vuelta a Bolsa para capitalizarse en el mercado y retrasar al máximo esa ampliación de capital, incluso por la vía judicial. Las relaciones entre el actual consejo y la banca, representada por Jacobo González-Robatto, son malas. Fernando Herce (Iberfomento), Diego Fontán (Masaveu), Alejandro Legarda y César Mata son los consejeros actuales, y quieren incorporar a tres más. Uno de ellos, Carlos Sanz, pertenece a la asociación de accionistas minoritarios AMAP, que también aqueja ahora de una división interna.

¿Cuál es la opción alternativa?

-Broadbill lanza tres ideas: el consejo ya no está capacitado para pilotar Pescanova SA, es preciso reconducir las relaciones con la banca y hay que lograr que la empresa sea lo más independiente posible de la pesquera. En relación a la primera, proponen que César Mata deje de ser consejero (lo era ya con Sousa) y pase a ser solo secretario, de modo que haya seis integrantes en la mesa con la incorporación de tres nombres nuevos: Luis Martín (portavoz del fondo en España), Wilson Hudkins y Luis Chicharro. En el entorno de la compañía y de los bancos ven con buenos ojos este plan B, como explican fuentes conocedoras del proceso a FARO. Es importante recordar, en relación al clima entre la vieja y la Nueva Pescanova, que Broadbill es accionista de ambas empresas, y desde Nueva York inciden en que "solo si le va bien a la pesquera, Old Pesca (así conocen a la antigua matriz) podrá sobrevivir". Este fondo entró el Pescanova SA con la compra de acciones a muy bajo precio (tiene algo menos del 4% del capital), e hizo lo propio en Nueva Pescanova con la compra de deuda, que luego canjeó por títulos.

¿Cómo puede Pescanova SA ser independiente de la Nueva?

-Aquí es donde radica la estrategia alternativa. Broadbill propone redactar, en un plazo de unos seis meses, un plan estratégico y de viabilidad en el que se identifiquen las oportunidades de inversión de la empresa. "No queremos que sea solo una sociedad de cartera propietaria de una parte de Nueva Pescanova, puede ir mucho más allá", ilustra uno de los impulsores. En su opinión la antigua matriz podría adquirir participaciones en otras empresas y materializar un plan de negocio propio, lo que le permitiría coger músculo financiero, no depender de la compañía de Chapela y estar en condiciones, a medio plazo, de intentar recomprarla. Es un plan ambicioso y complejo, como lo es también confiar en mantener el 20% de Nueva Pescanova per saecula.

¿Defiende Broadbill la ampliación de Nueva Pescanova?

-Sí, porque el volumen actual de deuda del grupo devora su valor. Fuentes próximas al fondo de inversión hacen hincapié en que el considerar la ampliación algo gravoso para los accionistas de Pescanova SA es "un mito", y que a la empresa solo le irá bien si el holding se reorganiza a nivel financiero. Consideran además que es "estúpido" litigar contra los planes de Robatto y compañía porque, a medio plazo y manteniendo una participación en la pesquera, "se recuperará todo lo que se perdió en la crisis".

¿Qué hará la banca?

-La presidencia de Nueva Pescanova no quiere que haya una mala relación con los accionistas genuinos de la empresa, aunque la prioridad no es la de salvaguardar treguas. Nueva Pescanova ampliará capital por un importe máximo, según los fondos, de 600 millones de euros. Pero antes se ha comprometido a presentar su plan estratégico, lo que conduce a una curiosa situación. ¿El plan estratégico, el primero desde el concurso, será esperanzador para el grupo? El mercado entiende que sí, "no tendría sentido entonces hacerlo público". Pero, ¿cómo justificar una ampliación de capital si el futuro pinta tan bien? Aquí habrá malabares, previsiblemente, en las palabras de Robatto o del consejero delegado, Ignacio González.

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