Bibiana Rodiño hizo su trabajo de fin de carrera sobre un proyecto de investigación para desarrollar implantes a medida para casos complicados en cirugía veterinaria. Esta ingeniera pontevedresa, licenciada en Vigo, agarró entonces la biomecánica y no ha vuelto a soltarla. En 2013 empezó a dedicarse al 100% a Beta, una empresa cofundada junto a Antón Rodríguez dedicada al diseño y producción de implantes de alta tecnología para animales. "Cuando acabé la carrera y no encontraba salida profesional relacionada con la biomecánica, decidí crear la empresa. Es algo que funciona y hay una necesidad en el mercado". Tienen una cartera de 69 clientes recurrentes -clínicas veterinarias- y encaran ahora un proyecto de expansión con la vista puesta en Italia, Alemania, Polonia, Bélgica o Reino Unido.
Hasta la fecha su facturación asciende a 112.600 euros, pero aspira a alcanzar los 1,4 millones en 2020 con la mitad de los ingresos procedentes de otros países. Y negocia con inversores para acometer esta internacionalización. Su cartera de clientes es tan especializada como sus productos: "son cirujanos especializados en traumatología, ortopedia o neurocirugía a los que nosotros les vendemos los implantes", fabricados en acero o titanio quirúrgicos. Además de implantes Beta realiza impresión en 3D en modelo anatómico y ofrece soluciones para la corrección de deformaciones óseas. Lo que permiten estas cirugías es que no haya que eutanasiar al animal. "Nos gratifica poder hacer que un perro vuelva a andar y ayudar al veterinario a conseguirlo".
El mercado de implantes en España y Portugal es de 13 millones de euros al año, 41 con Reino Unido, Francia, Alemania e Italia y hasta 90,5 millones en toda la UE. "No hay más empresas como la nuestra, pero sí tenemos competencia". Son Synthes -del grupo Johnson & Johnson-, Bbraun o Securas Surgical. Pero, según Rodiño, "somos el partner del veterinario, prestamos asesoramiento directo, y eso no existe". "A los veterinarios se les ocurrían cosas y querían mejorar el producto, pero no tenían a quién transmitirles esa necesidad, y nosotros la hacemos realidad". En sus road shows para captar financiación los responsables de Beta hablan de un mercado al alza, con un incremento anual del 19% de animales y, sobre todo, con "una concienciación por el cuidado, bienestar y mejora de la calidad de vida de las mascotas". La eutanasia no es la única solución.
Con un taller en Ourense, la compañía ha adquirido ahora una nave en Salvaterra de Miño, en la que se instalarán en agosto una vez terminen las obras. Su determinación es mantener el diseño y producción dentro de Beta y en Galicia, sin externalizar ningún paso de la cadena de valor -"lo hacemos todo nosotros", explica-, y de crear filiales para aquellos países donde se vayan a adentrar. El equipo está conformado por seis personas, en la que Rodiño es la CEO (consejera delegada) y Antón Rodríguez, otro ingeniero, responsable de operaciones. La impulsora de Beta trabajó durante cinco años como técnico de innovación en el Centro Tecnológico de la Automoción de Galicia (CTAG), experiencia que ha aprovechado ahora para el diseño de implantes.
