Antonio Dieter Moure no hecho más que tapar goteras desde su llegada a la presidencia de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), hace solo cuatro meses. Quebrada económica e institucionalmente, la patronal gallega celebra hoy una asamblea extraordinaria que debe servir para trasladar a la banca que existe un proyecto de futuro con el que podrán devolver otros 1,5 millones de euros. Si no hay acuerdo entre los empresarios en la votación o sobre el contenido del plan de viabilidad, los propios integrantes de la CEG solicitarán en el juzgado el concurso voluntario.

| Las cuentas. La asamblea está llamada a ratificar las cuentas de 2014, 2015 y los presupuestos de 2016, aunque estos últimos están totalmente ligados al plan de viabilidad económica. Las primeras son herencia plena de José Manuel Fernández Alvariño, que no fue capaz de validarlas durante su mandato ante la oposición frontal de A Coruña, Lugo y buena parte de Pontevedra. Los antes críticos ahora sí las apoyan pero tras haber añadido una nota al pie del balance mostrando su disconformidad con la contratación del servicio de prensa del vigués. Las de 2015, que arrojan beneficios, tampoco serán un problema.

| El plan de viabilidad. Antonio Dieter Moure presentó a su junta directiva de la organización un documento con tres escenarios posibles: cinco, ocho y 14 despidos. No había ninguna medida adicional como el recorte de salarios, el incremento de los ingresos por cuotas o programas e iniciativas estructurales que afiancen a la confederación ante el auge de otras asociaciones empresariales, aspectos que echaron de menos los miembros de la CEG. Por este motivo, el ourensano ha tenido que preparar un plan de viabilidad exprés desde el pasado miércoles. Si supera la criba de la junta directiva (a las 11.00 horas) y la asamblea (a las 12.00), habrá taponado la vía de agua. De lo contrario, y como avanzó FARO, varios vocales de la CEG han trasladado por carta a Dieter su intención de acudir al juzgado al concluir la junta.

| La fractura interna. La división en la patronal gallega es total y se ha acentuado si cabe más con el paso de las semanas. Antonio Dieter trató de nombrar sin éxito tesorero y contador por el bloqueo de las confederaciones provinciales, que a su vez condenaron que el equipo de libre designación del presidente esté conformado solo por directivos de patronales sectoriales. Son el gran apoyo del patrón de la CEG, pero aun así han perdido 14 vocales para la junta de hoy. Forzado por Pontevedra, Lugo y Ourense, Dieter tuvo que actualizar el censo electoral y retirarle votos a importantes asociaciones como Asime o Fegape por no estar registradas en las cuatro provincias.

| Las relaciones con la Xunta. La patronal ha presentado ya un recurso de reposición ante el Igape para ganar tiempo tras haber incumplido parcialmente el proyecto Pexga. Sabe que lo perderá, pero le da tiempo a preparar el contencioso administrativo. Y existe un doble problema en las relaciones con la Xunta: la propia sanción, de casi 650.000 euros, y la necesidad de contar con sus subvenciones y proyectos para que la CEG no eche el cierre. El Pexga termina en diciembre y todavía no han empezado las negociaciones para renovarlo (y es año electoral), y una denuncia contra la Xunta no allana el camino para ello ni para reclamar más ingresos en aplicación de la ley de participación institucional.