Asientos de Galicia se la juega. La dirección y el comité de empresa de la planta de asientos del grupo francés Faurecia en Valadares retomaron ayer la negociación del convenio colectivo con la mediación de la Inspección de Trabajo para tratar de llegar a un acuerdo in extremis que permita a la factoría presentar a tiempo una oferta competitiva por los asientos del próximo lanzamiento por el que puja PSA-Vigo, según ha podido saber este periódico. El plazo máximo para su entrega es el próximo martes.

La dirección había dado por finalizadas la semana pasada las negociaciones con la parte social al no haber sido capaces de consensuar posturas tras una docena de reuniones. La empresa planteó hace unos meses la necesidad de poner en marcha un plan de medidas de competitividad para asegurar la entrada de un nuevo proyecto en Valadares tras perder la adjudicación de los asientos del K9 frente a Grupo Antolín por costes, y pretendía plasmar esas medidas en un nuevo convenio hasta 2019. El comité, por su parte, esgrimió durante toda la negociación que los trabajadores ya habían sufrido importantes recortes en los últimos años y achacó exclusivamente a la dirección la pérdida del proyecto K9, a la vez que criticó que Asientos pretenda ajustar salarios cuando continúa generando beneficios. Ambas partes seguían negociando al cierre de esta edición con la mediación de Trabajo y a instancias del AGA. De no lograr un nuevo proyecto, Asientos será incapaz de mantener la actual plantilla en 2018 y se pondría en riesgo su viabilidad.