- Por su experiencia, ¿qué es lo que más ahuyenta a las empresas a la hora de dar el salto al mercado exterior?

- Sobre todo la falta de práctica. Siempre se tiene miedo a lo desconocido, por eso hay que ayudar a conocer. ¿Qué le pasa al pequeño empresario? Está en su mundo y piensa que debe ser complicadísimo salir. Costará, pero no tendrás el miedo atroz que impide el movimiento.

- Muchos empresarios vencieron ese miedo ante la falta de oportunidades en España.

- La única cosa buena que yo le puedo encontrar a la terrible crisis que hemos sufrido en España es que ha ayudado a mucha gente a salir y descubrir nuevos mundos y nuevos mercados.

- ¿En qué medida afecta, si es que lo hace, la parte política en las relaciones comerciales entre España y Francia?

- Le diría que la relación es tan buena a todos los niveles. Estamos hablando de democracias donde no siempre manda el mismo, por fortuna, pero lo importante es que en una situación de normalidad el cambio no es radical y siempre es bueno por definición. Importa poco el color político. En España hay un partido de derechas y en Francia uno de izquierdas, pero cuando era al revés la relación era igual de estupenda.

- En resumen, lo que ofrece La Chambre es ayuda y no para un sector específico, sino toda una red para que tenga oportunidad de acceder a un mercado que desconoce.

- Efectivamente es así, no somos la cámara minorista de la industria equis, no. Tanto tratamos con grandes empresas como con pequeñas. Y a todos animamos a profundizar en una relación con empresarios franceses que sea fructífera para ambos.