La educación, el mercado laboral y la regeneración institucional. Son los tres pilares que España necesita reformar para que, a juicio de Luis Garicano, pueda ser competitiva. A preguntas de un asistente a la conferencia del Club FARO, el catedrático de Economía fue tajante: "La educación no funciona". "Los niños siguen aprendiendo inglés y matemáticas como hace cuarenta años, de forma inútil y memorística", y reconoció -entre las risas del público- que nunca había hecho una raíz cuadrada en su trabajo como economista. "El tiempo que pasamos memorizando cosas es tiempo perdido". Para Garicano "la educación es una prioridad absoluta", y que solo funcionará si se prima y fomenta el trabajo y el esfuerzo.
El ponente se lamentó del hecho de que "todos los debates" sobre las reformas educativas pivotan sobre cuestiones menores como "si hay o no materia de religión", pero no para que "los alumnos sean creativos, que sean personas". A la hora de salir al mercado laboral -también globalizado-, Garicano tiene claro de lo que hace falta: "Aquí hay que saber pensar", no memorizar gramática sin saber desenvolverse más tarde en una conversación en inglés o escribiendo una redacción.
En cuanto al mercado laboral -Ciudadanos apuesta en su programa por un contrato único, si bien Luis Garicano eludió pronunciarse sobre detalles políticos, si bien garantizó su "compromiso absoluto" con la formación-, para el experto el sistema actual "tritura a los jóvenes, no incentiva a los trabajadores" y no promueve que las empresas inviertan en formación. De nuevo el mismo debate: ¿Para qué ser una mejor empresa si quien hará la obra va a ser quien aporte el maletín? El adiós al "capitalismo de amiguetes", junto con la educación y la reforma del mercado de trabajo, serán "claves para ser competitivos", incidió.
Garicano se refirió por último al sistema de pensiones, alterado por la realidad demográfica y la precarización de los contratos. "Me pregunta mucha gente cómo se van a pagar las pensiones o si van a tener pensión. El Gobierno iba a mandar una carta con el cálculo sobre lo que iban a cobrar en el futuro los trabajadores y se arrepintió por las elecciones", expuso. Para Garicano es preciso adaptar el sistema a la nueva realidad, con medidas que pasan necesariamente por una "mayor transparencia" -explicar a la gente qué pensión va a tener en base a un cálculo elaborado por el Ejecutivo- para que, a continuación, cada persona tenga "flexibilidad" para decidir si se retira, se jubila parcialmente o desea continuar cotizando. La reforma del actual Gobierno, dijo, "puede implicar que la pensión vaya cayendo durante años".
