La Sala de lo Social del Tribunal Supremo declaró improcedente el despido disciplinario de una empleada de Mercadona, gerente de la sección de pescadería, que regaló a una clienta una pescadilla que se iba a tirar a la basura.

Con este fallo, que no es recurrible y en el que se condena en costas a la parte recurrente, el Supremo confirma la sentencias del Juzgado de lo Social número 33 de Barcelona y del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña e inadmite el recurso de casación interpuesto por Mercadona para la unificación de doctrina.

Los hechos se remontan a octubre de 2013, cuando el supermercado despidió por una falta laboral "muy grave" a la dependienta, que llevaba trabajando 19 años en Mercadona, acusándola de actuar de forma fraudulenta y con abuso de confianza por regalar a una clienta un artículo destinado a la basura.

La compañía consideró que la dependienta había incumplido el artículo 34 de su convenio colectivo, relativo al "robo, hurto o malversación cometidos tanto a la empresa como a los compañeros de trabajo, sea cual fuere el importe, la apropiación indebida de productos destinados a la basura o promoción". La trabajadora admitió los hechos y reconoció que actuó de ese modo para aprovechar el producto y evitar que acabara en la basura.