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Santiago García Cameselle: "Nunca volveremos a ver una fábrica de 10.000 personas en Vigo; ni de 8.000"

Santiago García. // Jorge Santomé

Empleado de PSA Peugeot Citroën desde 2003, Santiago García Cameselle (Vigo, 1978) ha sustituido a Pedro Comesaña Nandín como secretario general de la sección sindical de CC OO en la planta de Balaídos. Concede a FARO su primera entrevista, en la que repasa la situación del centro y desgrana sus metas como portavoz del sindicato.

-¿Qué objetivos se marca?

-Desde la perspectiva sindical, seguir creciendo en afiliación. Queremos que CC OO sea cada vez más importante en la fábrica. Es nuestra responsabilidad. Una de las pocas cosas que hacen temblar a la dirección del centro son las llamadas desde la federación estatal en Madrid. Y eso es lo que deben entender los trabajadores, que el principal sindicato del país tiene que tener una representación fuerte para defender sus derechos.

-Como trabajador, ¿en qué ha cambiado PSA-Vigo en los doce años que lleva en la empresa?

-Se ha perdido el trato humano. Antes, si tu madre enfermaba no había días de licencia. Ahora se cumplen a rajatabla. Y luego los ritmos de trabajo, que ahora son bestiales. De ahí todas las enfermedades profesionales y psicosociales que hay en la plantilla. Esto es lo que debemos atacar. La planta está preocupada por el absentismo, pero está directamente relacionado con la carga de trabajo. Y prioriza la productividad.

-El K9 solo garantiza el mantenimiento de uno de los sistemas de producción de Balaídos. ¿Se está trabajando en algún otro proyecto?

-La dirección del centro mantiene un silencio absoluto sobre el tema. Nos dicen que se está trabajando en esa dirección, para mantener el sistema biflujo de la planta, pero no hay nada confirmado ni cercano. Todos los estamentos de CC OO están presionando a PSA por esta situación. Quedarse en monoflujo supondría una pérdida grandísima de empleos.

-El próximo año toca negociar convenio, ¿espera grandes cambios?

-No. El convenio se negoció con el acuerdo del año pasado. Espero no tener que volver a negociar otro recorte.

-¿Se está contratando personal?

-El nivel de eventualidad es el más bajo que yo recuerdo. No hay contratos relevo, indefinidos, renovaciones? Todo está parado. Y la eventualidad se emplea para corregir el absentismo. Si hay trescientas personas que faltan al trabajo a diario, pues hay trescientos eventuales.

-¿Le preocupa la situación en que pueden quedar algunos proveedores con el reparto de componentes del K9?

-Llevamos meses advirtiendo de esta situación, incluso planteamos nuestra preocupación en el Parlamento de Galicia el año pasado. Tras la adjudicación a PSA-Vigo, el problema pasó a los proveedores. El ahorro de costes se impone a la hora de elegir socios. Y Portugal está ahí al lado.

-La instalación de una planta de PSA en Marruecos, ¿debería preocupar en Balaídos?

-En Vigo no tanto, en Madrid seguro.

-Sobre Villaverde planean rumores de cierre. ¿Tiene futuro esta planta?

-Espero que sí. Apoyaremos a los compañeros de PSA-Madrid hasta donde sea necesario. Pero están en una situación complicada, tienen que bajar el coste de fabricación por vehículo casi a la altura de Marruecos viviendo en Madrid.

-¿Cómo ve la situación del grupo?

-Empezamos a remontar. Vivimos una situación muy complicada. Incluso llegó a peligrar la marca Citroën. Ahora la venta de coches en Europa, que es nuestro principal mercado, está empezando a crecer y nos beneficia. ¿Se mantendrá esta situación de estabilidad en el tiempo? Habrá que esperar.

-¿Es posible recuperar algunos de los recortes aplicados el año pasado?

-Tenemos que recuperarlos. Hay un compromiso de Carlos Tavares al respecto, aunque eso puede quedar en papel mojado, no me fío. Pero primero tenemos que convencer a los trabajadores de que se pueden recuperar.

-¿Y el empleo?

-Nunca como antes de la crisis. Nunca volveremos a ver una fábrica de 10.000 personas en Vigo. Ni siquiera de 8.000.

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