Alcoa confirmó ayer públicamente y ante sus trabajadores que acudirá a la subasta extraordinaria de incentivos eléctricos convocada por el Ministerio de Industria para el lunes y martes próximos aunque dejó claro que la normativa de la convocatoria hace difícil definir una estrategia y conseguir las rebajas en la tarifa eléctrica inicialmente previstas y que garantizarían que las fábricas de A Coruña y Avilés continúen produciendo aluminio primario a un precio competitivo más allá del 31 de diciembre.

Fuentes de Alcoa España explicaron ayer que tras analizar las normas jurídicas y técnicas de la convocatoria, la empresa ha decidido acudir a la puja e intentar lograr las primas por interrumpir su suministro en caso de necesidad, pero reconocen que tanto los precios de salida como la decisión de Industria de no desvelar cuántos megavatios subastará "dificultan mantener una estrategia". Las mismas fuentes no ocultan que Alcoa no cree garantizado lograr sus objetivos ni tampoco a día de hoy el mantenimiento de las dos factorías de A Coruña y Avilés, que quedan a expensas de los resultados de la puja, la semana que viene. "Las características de la subasta, en la que no se conocen los megavatios totales por los que se podrá pujar, hace muy difícil que los participantes definan una estrategia de subasta eficaz. No se puede predecir el resultado. Las condiciones no son las mismas que las de la anterior subasta", dice la firma.

La multinacional aluminera acudió a la primera subasta celebrada en la tercera semana de noviembre con el objetivo de lograr cuatro bloques de 90 megavatios (MW) interrumpibles para la factoría de San Cibrao y un lote de 90 y otros cuatro de 5MW para cada una de las plantas de A Coruña y Avilés. La pretensión de Alcoa era mantener tras la puja el mismo nivel de incentivos que recibió los años anteriores por interrumpibilidad, las primas que reciben a cambio de reducir o cesar su consumo eléctrico en caso de que el sistema de generación eléctrica no dé para abastecer a todo el país. Ese acuerdo redujo la factura eléctrica de la fábrica coruñesa en unos 28 millones en 2013.

Alcoa alegó a principios de este mes, cuando planteó que sin nuevas bonificaciones al recibo de la luz despediría a los 800 trabajadores que suma entre A Coruña y Avilés, que necesitaba 110 MW interrumpibles por planta para lograr mantener la producción. La puja extraordinaria está convocada para repartir sólo bloques de 5 MW, y su precio de salida de la subasta es considerablemente más bajo que el de la primera puja, un 44% inferior al de los bloques de 90 y un 25% más bajo que los de 5.

Los nueve bloques de 90 MW subastados en la tercera semana de noviembre tenían un precio de partida de 31,5 millones de euros (350.000 euros por megavatio), pero llegaron a descender hasta a 27 millones en algunos casos. Los bloques de 5 MW salieron al mercado a 1,3 millones de euros y Alcoa pujó por 1,250 millones, pero el precio más bajo que finalmente alcanzaron -por las pujas de otras empresas- fue de 450.000 euros. El precio con el que los bloques de 5MW saldrán al mercado es de 975.000 euros (195.000 por megavatio), lo que supondría que, como ayer adelantó este diario, Alcoa tendría que adjudicarse 22 bloques para A Coruña y otros tantos para Avilés para obtener las mismas bonificaciones que el año pasado y eso siempre que el precio no bajase del de partida.

Una combinación complicada, también a ojos de Alcoa, sobre todo porque hay otras 26 factorías que no consiguieron los incentivos -y algunas que sólo lograron parte, como Arcelor Mittal y Asturiana de Zinc- y competirán con la empresa norteamericana.

Fuentes de la compañía reconocen que con los precios de salida publicados, a Alcoa le preocupa más el valor del megavatio final que la cantidad de bloques que consiga.

El director xeral de Industria, Enerxía e Minas de la Xunta, Ángel Bernardo Tahoces, aseguró ayer que el problema de Alcoa "seguramente quedará solucionado" en la subasta eléctrica de la interrumpibilidad de la próxima semana.