La junta de ayer volvió a ser, como sucedió en la celebrada el 2 de julio, la de las grandes ausencias. No asistió el expresidente Manuel Fernández de Sousa, o los exconsejeros José Carceller (Damm) y François Tesch (Luxempart). No obstante, estos dos últimos sí estuvieron relativamente presentes ya que el consejo tuvo que informar sobre la propuesta de convenio que la cervecera y el fondo luxemburgués lideraron el año pasado. "No hubo más oferta que la del consorcio" de Damm y Luxempart, explicó el consejero Fernando Herce (Iberfomento). Las otras cuatro, dijo, fueron propuestas no vinculantes. A la hora de explicar por qué se había elegido el plan diseñado por Carceller para salvar Pescanova, Herce destacó cuatro puntos: su pulmón financiero, la capacidad de tomar decisiones en poco tiempo, la credibilidad frente a los acreedores y su conocimiento de la empresa. "Había un grupo industrial" y, según el consejero, "los trabajadores apoyaban por mayoría" al consorcio de Damm y Luxempart.

Además, Pescanova explicó que se había contratado a la firma internacional Lazard para buscar inversores porque, al cierre del año 2013, la empresa "no tenía credibilidad para poner en marcha" la captación de nuevos fondos. "Necesitábamos ayuda para ser capaces de atraer la atención de los bancos", así como para la "posible captación" de más fdinero fresco, al margen de los 55 millones que recibió en junio de 2013 por parte de la banca.