El saldo comercial es la diferencia entre lo que exporta un país -un territorio cualquiera, por extensión- y lo que compra del exterior. Si las ventas son mayores que las compras hay superávit y, de lo contrario, déficit comercial. Es uno de los indicadores básicos para hacer una lectura de la evolución económica de un Estado, especialmente si se encomienda al sector exterior para dar por terminado el capítulo de la crisis. Es el caso de España, que empezó el ejercicio con muy buenos datos de su balanza comercial, igual que Galicia, pero que ve ahora cómo decaen las ventas en el exterior y suben las importaciones. A cierre del primer semestre, la comunidad gallega fue capaz de mantener un saldo positivo (superávit) gracias a la aportación del automóvil y los bienes de equipo de Pontevedra, ya que fue la provincia que obtuvo una mejor ratio entre compras y ventas en los seis primeros meses del año.

Pontevedra exportó bienes por 4.282 millones de euros, mientras que las importaciones fueron de 3.335 millones. Esto es, tuvo un saldo positivo de casi 950 millones de euros. De cada diez euros que la economía gallega fue capaz de engordar su saldo comercial, seis fueron de bienes fabricados y exportados desde Pontevedra. En todo caso, los datos son muy mejorables, especialmente por la descompensación que hay entre lo que aumentan las exportaciones (en Pontevedra, un 1,7%) y lo que se disparan las importaciones (32,7%, en la misma provincia). Es preciso revertir la situación en lo que queda de año para que el sector exterior sí apuntale la recuperación económica en Galicia.

Metal y motor

En el conjunto de la comunidad, las exportaciones cayeron tres décimas en el semestre, frente a un incremento de las importaciones superior al 6%. Los datos del mes de junio son los que generan más preocupación. Las ventas al exterior sumaron 1.566 millones, un -10,3% menos que en junio de 2013, y las importaciones se incrementaron un 12,7% interanual. Uno de los factores determinantes para el mal mes de junio fue la menor actividad exportadora de la factoría viguesa de PSA Peugeot Citroën. Solo las exportaciones de automóviles cayeron casi un 45% en junio, y un 2,3% en el semestre. En Pontevedra, por ejemplo, las exportaciones cayeron más de un 20%, y las importaciones se incrementaron un 23,7%. Pero los bienes de equipo -vinculados al sector del metal- volvieron a mostrar músculo con exportaciones por 300,6 millones de euros, por encima de lo que exportó el textil coruñés. Entre enero y junio, el sector de bienes de equipo facturó en el exterior 1.502 millones de euros, un 8,1% más que durante el mismo periodo del año pasado.

A nivel estatal, el déficit comercial alcanzó los 11.882,4 millones de euros en los seis primeros meses del año, lo que supone multiplicar por más de dos el del mismo periodo del pasado año (5.824 millones de euros), según los datos del Ministerio de Economía y Competitividad. Esta cifra se debe a que las importaciones aumentaron un 5,3% hasta junio y totalizaron 131.147,7 millones de euros, mientras que las exportaciones crecieron sólo un 0,5%, aunque sumaron 119.265,3 millones de euros, un nuevo máximo histórico desde el inicio de los registros (1971).

Además, las exportaciones españolas superaron el comportamiento de las exportaciones francesas (-1,8%) y británicas (-14,7%), aunque se situaron por debajo de las alemanas (+2,4%). Fuera de la UE, las exportaciones de Estados Unidos crecieron un 2,9%, mientras que las de Japón continuaron con su crecimiento (+3,2%) en el primer semestre. Según el Ministerio, en los seis primeros meses del año se apreció una desaceleración de la demanda de los países extracomunitarios.