Pescanova ha resistido la falta de liquidez, el desgaste contra su propia marca y el segundo mayor concurso de acreedores de toda España en el último año, pero la compañía pesquera afronta el reto de su reestructuración y a completar la entrada de los bancos en su capital. De los cuatro miembros del consejo -Alejandro Legarda, Diego Fontán, Fernando Herce y César Mata-, solo el último, también secretario, conoce la gestión de una pesquera de las dimensiones de Pescanova. Por este motivo, y a través de los ex administradores concursales de Deloitte, han pedido a los responsables de área que preparen un "plan de gestión realista" a doce meses vista para que no se frustre la reconversión de la empresa con sede en Chapela.

Según pudo saber este diario, se ha solicitado la colaboración de los responsables de comercialización, acuicultura (de rodaballo y vannamei), jefes de filiales en el extranjero o de gestión de la actividad extractiva (flota). Todos ellos, por cierto, ya ostentaban sus responsabilidades durante la etapa de Manuel Fernández de Sousa. Los que sí no tendrán que hacer su "aportación" son directivos imputados como los antiguos responsables del departamento de Administración, Contabilidad o Auditoría Interna. "Se confía en parte del equipo porque es bueno", explicaron fuentes conocedoras de la gestión de la empresa. "En el resto, no".

Lo que han pedido desde Deloitte a los altos directivos es un plan de acción "realista" en cada área que guíe al consejo no solo respecto a las decisiones que tiene que tomar a nivel estructural, ya que los cambios societarios ya están plasmados en el convenio. "Se trata de decisiones que se pueden abordar desde las distintas áreas de negocio de Pescanova", apuntan las mismas fuentes. Y es que el consejo, una vez superada la fase concursal, ya tiene facultades de gestión, que le habían sido detraídas el año pasado por orden judicial. Gran parte de las decisiones ya vienen marcadas por el convenio, pero otras estratégicas y enfocadas solo en la actividad diaria de la pesquera -al margen de la creación de Nueva Pescanova, de los concursos de las filiales...- deben abordarse "día tras día".

El consejo quiere conocer, en definitiva, en qué punto debería estar cada área de negocio de Pescanova en un año ya que, al menos hasta finales de año, la multinacional seguirá en un periodo de transición en el que no va a recibir inyección de fondos, a expensas de que se formalice la operación acordeón, la inyección de capital de la banca o la entrada de los actuales socios en el capital (hasta un máximo del 15%). La acuicultura, especialmente en el caso del cultivo de langostino vannamei en Centroamérica, será fundamental para la evolución del negocio, siempre y cuando los precios acompañen y se pueda competir con las plantas acuícolas del sudeste asiático.

Pescanova logró superar los 1.000 millones de euros de facturación en su annus horribilis, ya sin contar con la aportación de Pesca Chile, que se venderá por partes antes de que finalice el mes de septiembre. El consejo abordará las recomendaciones de los altos ejecutivos de la pesquera viguesa probablemente la próxima semana.