El sector metalúrgico de Pontevedra tiene nuevo convenio colectivo. Al menos, y hasta el martes, cuando se firmará el texto definitivo, existe un "preacuerdo totalmente válido" que se alcanzó ayer después de doce reuniones entre patronal y sindicatos. El convenio del metal de Pontevedra es el mayor de toda Galicia, ya que ampara a 32.000 trabajadores del naval, automoción, instalaciones eléctricas o fontanería. La firma del preacuerdo abre la puerta a que se desbloqueen las negociaciones del sector en toda Galicia ya que, al igual que el pontevedrés, el resto de textos provinciales de la comunidad están vencidos. El preacuerdo incluye un incremento salarial lineal del 1% a partir del 1 de enero y tiene dos años de vigencia: 2013 y 2014.

El texto tiene el apoyo "mayoritario" de las centrales sindicales y la patronal, aunque no obtuvo un respaldo unánime. La CIG, por parte de las centrales, y Foncalor (Asociación Provincial de Instaladores de Fontanería, Calefacción, Gas, Climatización, Electricidad, Mantenimiento y afines) no apoyaron el texto. UGT, CC OO, Asime (Asociación de Industriales Metalurgicos de Galicia), Atra (Asociación Autónoma de Empresarios de Talleres de Reparaciones de Vehículos) e Instalectra (asociación empresarios de electricidad y telecomunicaciones) sí firmaron el preacuerdo.

El nuevo convenio -pendiente de ratificación- incluye una licencia retribuida para el acompañamiento de hijos al pediatra (menores hasta 14 años), propuesta por la parte sindical. Como apuntaron desde la patronal y los sindicatos se ha apostado por "reforzar" la Comisión Mixta Paritaria, que tendrá más atribuciones. "Será un órgano encargado de interpretar el convenio y dirimir controversias o conflictos que puedan plantear de forma consensuada" los empresarios y las centrales, como explicó el portavoz de la parte empresarial, Enrique Mallón. "Actuará como árbitro", expuso a preguntas de este periódico.

Además se ha "actualizado" la diligencia acreditativa para trabajar en los astilleros, una especie de carnet para los empleados en factorías de construcción naval. Deberán tener un curso de formación en riesgos laborales y acreditar una experiencia mínima de doce meses en astilleros. Esta disposición ya estaba incluida en los dos anteriores convenios, pero se ha adaptado con la supresión de cláusulas que estaban "desfasadas".

Los representantes de UGT y Comisiones, Diego Atanes y Ramón Sarmiento, respectivamente, hicieron valer un acuerdo que "preserva y refuerza" el convenio colectivo "en toda su extensión". Valoraron asimismo el hecho de que no se hayan incluido artículos de la nueva Reforma Laboral como el que eliminaba la limitación al uso de las ETTs o eliminación de la regulación para contratar trabajadores en el naval.

"El esfuerzo que se ha hecho por llegar a un acuerdo debe ser recogido por todo el sector", enfatizaron Atanes y Sarmiento. "No hay más ni mejores perspectivas a costa de los recortes de derechos en la negociación colectiva", sentenciaron. "Estamos moderadamente satisfechos", declaró Enrique Mallón, quien explicó que "había pocas concesiones que hacer y pocas peticiones que formular dada la difícil situación del sector". Para la patronal es "muy positivo" que exista un nuevo convenio colectivo del metal, y pidió a los sindicatos que "valoren el esfuerzo" de las empresas en tiempos de crisis.

Desacuerdo

El portavoz de la CIG, Manuel Simón, fue crítico con un texto que "no incorporó mejoras" propuestas por la central nacionalista "que no suponían ningún coste". La central pedía, por ejemplo, que las empresas que hayan recibido ayudas públicas y ejecuten despidos a cargo del Fogasa "mantengan la preferencia de recontratar" a los trabajadores cuyos contratos se hubiesen extinguido. Pero Simón criticó sobre todo el descuelgue de la inflación en el preacuerdo. "El IPC era básico para nosotros, es un indicador manipulado pero es el que tenemos para no perder poder adquisitivo", zanjó.