El 20 de noviembre de 2012 el presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, viajó a la ciudad suiza de Ginebra para firmar una letra de cambio, una especie de pagaré, en la que intervinieron tres sociedades distintas con la finalidad de prestar 2.249.358 euros a Pesca Chile. El acreedor es el banco Mercantil Bank (Schweiz), pero esa transacción habría de pasar por varias manos. A saber, Banco Espírito Santo, Chaswood Trading Limited y, finalmente, la filial de la pesquera en el país sudamericano. Este préstamo venció el 14 de mayo y el banco reclama ahora su devolución. Este tipo de transacciones, plenamente legales, son "complejas" a la hora de seguirles el rastro, según apunta fuentes del sector de las auditoras.

El documento está firmado por Sousa de su puño y letra, además por el exresponsable de Novapesca Trading, Alfonso García Calvo. La operación conllevaba los siguientes pasos. En primer lugar, Pesca Chile SA emitió una letra de cambio a la orden de una empresa -desconocida- de nombre Chaswood Trading Limited, de Irlanda. El dinero lo transfirió Banco Espírito Santo (desde su sucursal de Paternoster Square, Londres), pero procedía de las arcas de Mercantil Bank. Un enredo mayúsculo para un préstamo libre de impuestos o tasas.

Ventajas suizas

"Sin deducciones y libre de cualquier impuesto, tasa, canon o arancel presente o futuro de ninguna naturaleza bajo las leyes de Chile, Reino Unido, España o Suiza", dice textualmente el documento, en poder de FARO. "Esta letra de cambio es pagadera por Banco Espírito Santo", y la firma la pone Chaswood. Como avalista aparece Pescanova SA, con la firma de Sousa (la rúbrica coincide con la que aparece en las cuentas anuales de la multinacional como la que pertenece al presidente de la misma).

"La complejidad del grupo se incrementa con operaciones de este tipo, que pueden ser legales pero que dificultan su rastreo", exponen fuentes conocedoras de la investigación sobre las cuentas de Pescanova. Los abogados Juan Luis Goldenberg Serrano y Cristian Pérez Larraín tienen los poderes para actuar en representación de Mercantil Bank en la junta de acreedores que Pesca Chile celebra la próxima semana y que será el pistoletazo de salida para su liquidación ordenada, como sostuvo su administrador concursal, Herman Chadwick.

Quienes también se han adherido como acreedoras de Pesca Chile son tres sociedades dependientes: Acuinova, Nova Austral (ambas también en venta, dedicadas al cultivo de salmón) y Comercial Austral. La segunda de ellas -con mejor nivel de actividad- realizó tres transferencias a Pesca Chile en enero de 2011 por algo más de diez millones de dólares, y aún debe recuperar 2,5 (1.915.645,51 euros), tal y como ha acreditado a la jueza que instruye la quiebra de esta filial sudamericana. Acuinova ha presentado tres facturas impagadas por prestar "servicios administrativos" a su matriz, que le debe 37.900 euros. Comercial Austral Pesquera SA presentó, por su parte, 12 facturas sin pagar por 1.070.993 euros, la última con fecha del pasado 30 de mayo, cuando Pesca Chile estaba ya en quiebra.