El sector pesquero argentino, y especialmente el de Puerto Deseado y Comodoro Rivadavia, asegura que el gerente de Argenova (filial de Pescanova en Argentina), Jaime Pérez Pena, está haciendo un "buen trabajo". Esta empresa solicitó suspender pagos el 3 de mayo, el mismo día en que Pesca Chile entraba en quiebra. Los problemas de Argenova provocaron el cierre de su planta en Comodoro, lo que supuso el despido de 44 personas. Pero el ministro del ramo en el país patagónico, Norberto Yauhar, llegó ayer a un "pacto político" con Pérez Pena. Según pudo saber FARO, la filial española mantendrá activa la fábrica mientras se busca a un socio local que se haga con ella.

"A Pescanova nunca le interesó tener una factoría en tierra, pero se le exigió desde Buenos Aires como contrapartida por las licencias de pesca", explican desde el sector a preguntas de este diario. "El ministro le ha pedido no abandonar a los trabajadores y Pescanova se queda con la flota", agregan. Los doce barcos tangoneros (dedicados a la pesca de langostino) podrán salir a faenar.

Que la segunda multinacional de Galicia, Pescanova, reciba un préstamo de cuatro millones de euros de la Xunta se antoja un problema para el lobby del norte, que disfraza el apoyo como una ayuda a fondo perdido para criticar la operación. Que conste por estas tierras, solo Alemania se ha financiado con tipos negativos (los inversores pagaban por tener su deuda, no al revés). En España -y en Galicia- un crédito hay que devolverlo, y pagarlo con intereses. Si al lobby del norte le molesta que una empresa de Vigo sistémica para Galicia reciba 4 millones al 4,5% de interés a un año, el mismo que pagan de media por sus hipotecas los gallegos de a pie -según el Banco de España-, entonces deberían escandalizarse sobremanera por el despilfarro de dinero público que se entierra por ejemplo en Punta Langosteira. Eso sí es un pozo sin fondo del que nada dicen.