Durante casi una hora desde la apertura del mercado, Pescanova rememoró ayer la pesadilla de la jornada anterior, el lunes, con un elevadísimo desfase entre la avalancha de órdenes de venta y la falta de apetito de los compradores. Así que el desplome en el arranque de la cotización, por encima de un 48%, hacía temer lo peor. Otro día aciago para el gigante alimentario, en preconcurso de acreedores desde la pasada semana ante la imposibilidad de refinanciar parte de su deuda a cortísimo plazo con las entidades financieras. Pero no fue así. El desplome fue amortiguándose, hasta cerrar en los 6,3 euros, lo que representa una depreciación del 9,48%. Eso sí. El volumen de negociación de la compañía fue inédito. De casi 10,2 millones de acciones, unos 49,9 millones de euros.

Lo que representa entre el 10% y el 15% de todo el capital de la sociedad, que cambió de manos a lo largo de la sesión, al compás de las noticias que iban llegando de algunos de los principales bancos acreedores de la empresa presidida por Manuel Fernández de Sousa-Faro, con su mensaje de apoyo expreso a la viabilidad del negocio. Y eso pareció tranquilizar a los inversores. Evidentemente, el valor en una jornada convencional están muy lejos de alcanzar estas cotas de intercambio. Menos de 100.000 títulos. El máximo de negociación en lo que va de año hasta ahora fueron 503.000 el 22 de enero. Un ejemplo claro de la envergadura en el comportamiento de la cotización ayer, que multiplicó por veinte el techo anual.

Una vez que los mandatos de compra y venta empezaron a cuadrar, Pescanova caminó hacia los cinco euros, para escalar luego hasta los 5,5 y volver a bajar a entre 4,80 y 5 euros otra vez. La corrección de los números rojos quedaba consolidada a partir del mediodía. El máximo se situó en 6,46, para finalmente cerrar la sesión a 6,3 euros, frente a los 6,96 en los que acabó el lunes. En los dos días que van en el parqué desde que Pescanova anunció su decisión de acogerse al preconcurso -y que provocó la suspensión de la cotización durante todo el viernes-, las acciones arrastran un recorte del 63,8% y su capitalización bursátil se deja unos 320 millones de euros.

¿Y qué puede ocurrir a partir de hoy? ¿El mercado despide el pánico en el grupo con sede en Redondela? Todo queda a expensas de los movimientos que se vayan dando desde la dirección para atajar el problema del pasivo y la estabilidad del núcleo duro del accionariado. De hecho, los analistas consultados por FARO echan de menos algún tipo de comunicación oficial a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), dada la relevancia de Pescanova y su condición de cotizada. Desde la nota en la madrugada del jueves al viernes en la que solicitaba la suspensión y la confirmación al día siguiente de la entrega en el Decanato de Pontevedra de la solicitud del preconcurso, nada se ha sabido directamente por la empresa.

Lo que se espera

Tres son los focos de atención para los expertos. El ansiado acuerdo con la veintena de bancos presentes en el préstamo que desencadenó el vertiginoso proceso, la posible venta de activos o un acuerdo con un socio financiero que aporte tranquilidad a las cuentas.

Aunque los inversores ven complicado que la compañía pueda alcanzar en breve los más de 17 euros por acción que rondó este año, sí consideran posible que en los próximos días, y si los principales acreedores confirman sus facilidades para revisar la deuda, la cotización pueda recuperar la senda del crecimiento con alzas que lleven al valor hasta los 7 u 8 euros.