La saga de los bacaladeros "Arosa", cuatro unidades ligadas históricamente en dos parejas -las últimas del sector bacaladero español- es ya solo la mitad de lo que fue. Y es que los nuevos tiempos y estrategias empresariales y la merma de los de cupos pesqueros que vivió el sector en las últimas décadas se ha traducido en la desaparición de dos de ellos entre los sopletes del desguace. El primero en convertirse en chatarra fue el "Arosa Quince", hace un par de años. El mismo camino es el que sigue, justo estos días en Marín, el que fue su pareja, el "Catorce".

Mientras, sus "hermanos", el "Nueve" y el "Doce" han cambiado de propietario. El primero está ahora en manos de la armadora vasca Velaspex, que con él explota sus posibilidades de pesca de bacalao, por lo que es el único todavía visible en los muelles vigueses, mientras que el "Doce" acaba de ser vendido y, su destino es algún país africano, según fuentes del sector. Antes de iniciar su abandono de las aguas gallegas está siendo sometido a reformas en un astillero de Marín.

Los cuatro "Arosa" alcanzaron notoriedad pública al ser apresados tres de ellos en el verano de 2006 por las patrulleras noruegas, cuando su armadora, Áncora, aún era propiedad de la viguesa Transpesca. Por aquella infracción pesquera la armadora viguesa tuvo que hacer frente a la multa más alta de la historia pesquera española, 2,1 millones de euros, lo que precipitó el cambio societario y que, precissamente, una empresa noruega Aker Seaafoods, adquiera el grupo, luego vendido al actual proietario UK Fisheries.