La campaña de pesca de la centolla en Galicia, que se abre mañana y va a permitir que el miércoles lleguen a las lonjas las primeras piezas, ha llevado a Gardacostas a intensificar el control sobre la extracción ilegal del preciado crustáceo. Fruto de la investigación y de las inspecciones en bateas y puertos, se ha procedido a la incautación de importantes cantidades de producto.

Como ejemplo de las operaciones desplegadas el fin de semana puede citarse el golpe asestado a los ilegales en la ría de Arousa y particularmente la incautación de media docena de salabardos cargados de centolla y fondeados en aguas de O Grove, muy cerca de la que es la lonja más importante de Galicia para este crustáceo.

En el interior de esos sacos intervenidos había 220 kilos de centolla, solo una pequeña muestra de la gran cantidad de centolla ilegal que puede distribuirse por toda la comunidad durante la temporada de veda.

Los salabardos son grandes sacos que, junto a las jaulas de metal, suelen utilizar los furtivos y pescadores ilegales para almacenar las capturas dentro del agua y sacarlas a la superficie cuando lo creen conveniente.

En vísperas de la apertura de la campaña cobran un protagonismo especial, por eso suelen intensificarse los controles, puesto que muchos hacen acopio ahora de todo el producto que pueden para venderlo, tanto cuando está en veda, cuando no tienen competencia, como después de que se permita la extracción, en este caso sin sentirse obligados a respetar los topes de captura establecidos.

Como ya se publicó, durante la veda –y así pudo comprobarse en los dos últimos meses– es posible adquirir centolla ilegal tanto en los puertos como en los restaurantes e incluso en pescaderías y alguna plaza de abastos. Por este motivo, la Consellería do Mar intenta reforzar la vigilancia y los controles, tanto por mar como por aire y tierra.

El gran inconveniente con el que se encuentran la Administración, Gardacostas de Galicia y el propio sector pesquero y marisquero de Galicia, es que el furtivismo todavía no ha sido tipificado como delito, y esa "impunidad" alienta a muchos a actuar de manera irregular.

Pero frente a esto la Administración considera preciso reforzar los controles y la colaboración con las cofradías, y de ahí la importancia que se concede a operativos como el llevado a cabo ayer en aguas de O Grove y la ría de Arousa.

Las centollas fueron devueltas al mar en algún punto al Noroeste de Mesa de Con, un espacio situado al sur de A Illa de Arousa. Los efectivos de Gardacostas recibieron el apoyo de la cofradía isleña para devolver ese producto al agua.

En próximas semanas va a continuar el control en las rías gallegas para garantizar que se respetan los topes de captura de centolla en esta campaña, y sobre todo en Navidad. Se permiten 35 kilos por embarcación y 35 kilos más por pescador enrolado a bordo y día de faena.

En el caso de la incautación de O Grove, caso Gardacostas llevaba varios días siguiendo la pista a algunos barcos de profesionales del sector y ayer los funcionarios de Mar se desplazaron desde Vilaxoán a bordo de la planeadora "Illa de Cortegada".