Un total de veinticuatro bancos y cajas de ahorros españoles serán sometidos este año a los test de solvencia europeos para medir su capacidad de respuesta ante situaciones adversas, según la lista divulgada hoy por la Autoridad Bancaria Europea (ABE).

Nuevamente España es con diferencia el país con más entidades sometidas al control de los supervisores bancarios, ya que los bancos y cajas del país suponen un 26,6 por ciento del total de la lista, que incluye noventa entidades de toda Europa. El año pasado, las pruebas de solvencia se realizaron a 91 entidades, de las que veintisiete eran españolas, aunque entonces el proceso de consolidación del sector financiero no estaba igual de avanzado que ahora.

Después de España, el país con más bancos incluidos este año es Alemania, con trece; Grecia, con dieciséis; Italia, con cinco; y Dinamarca, Francia, Holanda, Portugal, Suecia y el Reino Unido, con cuatro, que el año pasado tenía dos, tendrá ahora tres, al igual que Austria.

Con dos entidades figuran Bélgica, Chipre y Eslovenia, mientras que Finlandia, Hungría, Luxemburgo, Noruega, Polonia y Malta tienen tan sólo una.

Las entidades superarán los test de solvencia si son capaces de mantener, en la hipótesis más adversa, al menos un 5 por ciento de "Tier 1", proporción que refleja el capital, reservas y otros activos de calidad existentes para hacer frente a los riesgos asumidos.

En el caso de España, se medirá la capacidad de resistencia del Banco Santander; el BBVA; Bankia, liderado por Caja Madrid y Bancaja; y La Caixa.

Pero el listado incluye también al Banco Base, la unión ya rota entre la CAM, Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura; al Banco Popular; al Banco Sabadell; a CatalunyaCaixa; a NovacaixaGalicia; y al Banco Mare Nostrum.

Figuran además Bankinter; Caja España/Caja Duero, ahora en proceso de fusión con Unicaja, que aparece por separado en el listado; Banca Cívica, Ibercaja, Banco Pastor, BBK.

Completan la lista Unnim, Kutxa, Caja3, Banca March, Caja Vital, Caixa Ontinyent y Caixa Pollensa.

En el 2010, de las 91 entidades analizadas, sólo siete "suspendieron" el test al no alcanzar la solvencia exigida en la hipótesis económica más adversa, que incluía una crisis económica y de deuda: un banco alemán, otro griego, y cuatro agrupaciones de cajas españolas, además de la intervenida CajaSur.

No obstante, pese a que estas entidades españolas no alcanzaron el ratio de solvencia mínimo exigido en aquellas pruebas -el 6 % de Tier 1-, el apoyo público que necesitaban no alcanzaba el 1,5 % del PIB, muy inferior al capital inyectado en los bancos de otros países.