Expectación, reserva y muchas excusas de opinión argumentando poca información podrían resumir las reacciones recogidas ayer por este diario entre el sector marisquero gallego, mayoritariamente bateeiro, ante el anuncio de que la Abogacía del Estado recurrirá ante el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas la aprobación por la Comisión Europea de un método químico para la detección de las biotoxinas marinas conocidas popularmente como marea roja y que obligan al cierre de polígonos mejilloneros a áreas marisqueras. Tal método cuenta con la frontal oposición de la Consellería do Mar, promotora del recurso, por entender que el método biológico actual que realiza el Intecmar es más fiable mientras que el químico supondrá cuantiosas pérdidas para el sector al obligar a cierres más prolongados.

Mientras en la Ría de Arousa, que concentra la mayor parte de la producción mejillonera gallega resultó ayer imposible para este diario conocer la opinión de algunas de las principales organizaciones bateeiras, desde el Consello Regulador do Mexillón de Galicia, su presidente Francisco Alcalde, evitó pronunciarse sobre el recurso alegando falta de información y asegurando que deben ser las administraciones quienes emitan su opinión.

Por lo que respecta a la Ría de Vigo, Rosendo Queimaño, gerente de Socomgal, una cooperativa que integra a 182 bateas de O Morrazo, tras señalar que quien debe opinar son los técnicos y la administración afirmó que desde el sector "lo que queremos es el mejor método y si se cambia que sea porque nos beneficie y que el método que se imponga no sea peor que el actual. Tendrán que ponerse de acuerdo las administraciones para decidir uno que no nos perjudique". Queimaño reflexiona que "si los técnicos de la Consellería dicen que el químico nos puede perjudicar será cierto y Bruselas tendrá que rectificar". Así, avanza que "vamos a estar muy atentos porque una mala decisión no la vamos a aceptar".

Mientras, desde la Ría de Pontevedra, en Aldán, el bateeiro Piño Dacosta señala, sin tener una "opinión clara" sobre el cambio de método porque "no nos consultaron nada y no sabemos cómo es uno y cómo es otro", y que "estamos con lo que dice la conselleira, que además de política es bióloga y sabrá lo que está defendiendo".

Para Dacosta, que también apunta a muchos intereses en la defensa de uno y otro método, "es preferible lo malo conocido que lo bueno por conocer. Estamos acostumbrados a este sistema y sabemos que va bien. El nuevo, no sé", indica antes de concluir que "técnicamente no podemos opinar pero si con el nuevo se empeora tendrán que dar para atrás".

Por su parte, Julio Villanueva, ex presidente de Socomebu (Bueu), lamentó también la falta de información al respecto y, aunque personalmente se manifiesta más partidario del método químico, las ventajas de uno y otro "dependen de quien lo diga". Para Villanueva "lo lógico sería que en los tres años de margen que se da para mantener el método biológico hicieran los análisis paralelos por los dos sistemas y cuando aparezcan biotoxinas elegir el que más beneficie al sector y, de cara al futuro, el que permita más días de actividad. "Lo que está claro es que ninguno de los dos va a poner en riesgo la vida de nadie porque la seguridad alimentaria está garantizada. Lo que hay que buscar es el más beneficioso para el sector".

Finalmente, desde el sector marisquero, Marina Buceta, de la Asociación "San Telmo", defiende la presentación del recurso "porque el método de ahora está bien y si algo funciona no veo para qué cambiarlo".