Giner reflexiona en su último libro sobre la economía capitalista, un sistema que fabrica y vende armas del mismo modo que produce fármacos, que es capaz de destruir el medio ambiente mientras las grandes empresas se dedican a lanzar productos para protegerlo. Esta ambivalencia es, para el autor, propia de un sistema que carece de alternativa y cuyo futuro pasa por el desarrollo de empresas pequeñas y cooperativas. El catedrático de Sociología asegura que el capitalismo es el sistema más dinámico de los que ha producido la humanidad, sobre todo porque va estrechamente ligado a la innovación.

-¿Cuál es el futuro del capitalismo?

-Tal y como van las corrientes actuales, el porvenir del orden capitalista está asegurado. Se producirán mudanzas muy notables en varios terrenos, como el de la proliferación de microempresas o la multiplicación de las empresas medianas, en contra de quienes asumían que los monopolios y oligopolios acabarían con ellos. También hay señales de que el sector de economía cooperativa y de la altruista (ONG, entre otras empresas) irá en aumento, aunque dudo de que ocupe un espacio substancial.

-Usted cree que el capitalismo es amoral pero no es el culpable de todos los males, y aboga por la austeridad. ¿Cómo se entiende un capitalismo austero, cuando es un sistema que ha creado opulencia y miseria a partes iguales?

-El capitalismo no tiene moral, lo cual no quiere decir que sea siempre inmoral. Más bien hay una ausencia de principios. Se fabrican y venden armas del mismo modo que se producen fármacos. Pone en peligro el medio ambiente pero medran las empresas capitalistas que venden sus servicios y productos para protegerlo. Hay pues una ambivalencia muy notable. La austeridad no significa pobreza. Con austeridad hay escuelas, hospitales, un buen nivel de vida. Y no olvidemos que muchos capitalistas -los calvinistas, por ejemplo- practicaban la austeridad y el amor al trabajo.

-Los escándalos financieros que han causado la actual crisis han alzado la voz de los que cuestionan el sistema. ¿Hay alternativa al sistema capitalista actual?

-Los escándalos financieros no han causado ellos solos la crisis actual. La naturaleza cícliclica de la economía capitalista es la que produce altibajos. Ha habido históricamente situaciones escandalosas y delictivas sin que ello produjera crisis. Eso no quiere decir que la corrupción y las ganacias desorbitadas de algunos -o los bonos blindados de muchos, que los reciben aunque hayan hundido su empresa- no produzcan indignación moral. Ésta, sin embargo, no basta, hay que tomar las medidas necesarias para que no acaezcan estos desmanes.

-¿Cuáles serán las repercusiones políticas, ambientales y culturales si el sistema cambia?

-El sistema, como digo, no va a cambiar, salvo que él mismo es esencialmente cambio. El sistema capitalista es el más dinámico de los que ha producido la humanidad, sobre todo porque va estrechamente ligado a la innovación, la concurrencia y la lucha de unos contra otros, unas veces aliada a la fuerza armada y muchas otras veces en el marco más civil de la democracia liberal, más o menos reformista.

-En su ensayo insiste en la afinidad entre capitalismo e innovación. Pero a veces la innovación ha traído consigo la destrucción del medio ambiente, una de las consecuencias del capitalismo…

-En efecto, hay que insistir en la ambivalencia del sistema capitalista. No poner coto a sus desmanes es destruir el mundo, el ecosistema. No hay más que ver los estragos causados sobre la costa gallega o en el campo por edificaciones horrendas para entender que el ambiente es de todos y que hay que poner coto a los abusos de la propoiedad privada. El patriotismo consiste en eso, en defender el mundo ante su destrucción, en acciones palpables y no palabras vanas.

-En su libro, dice que el capitalismo es la espina dorsal de nuestro mundo. Y también lo es la democracia. ¿Están inexorablemente unidos? Porque ha habido dictaduras capitalistas… Ahí están las dictaduras fascistas…

No están inexorablemente unidos, ni mucho menos. Pero es un hecho histórico que el liberalismo reformista y el socialismo democrático han suavizado las peores aristas y los males del capitalismo industrial. A falta de visiones alternativas convincentes, esa es la senda que habrá que seguir. Pensar que “otro mundo es posible” , un mundo alternativo, es muy importante, pero más lo es explicar racionalmente y con lucidez cuál es exactamente ese otro mundo posible.

-En un mundo globalizado, para bien y para mal, ¿cómo se puede controlar la codicia de los que se aprovechan del sistema capitalista?

-En las dictaduras no cabe más que la rebelión, y en las democracias corruptas (como la Rusia postcomunista) predomina un capitalismo asilvestrado con poca o nula regulación. Por eso es esencial poseer un sistema jurídico eficaz, como tenemos, a pesar de todos sus defectos, en la Unión Europea y en los países que la componen. No hay más posibilidad que la del imperio de la ley, esencial a toda democracia. Ésta no consiste sólo en votar y elegir representantes, sino también en conferir soberanía a los tribunales de justicia y a la ley. Aplicando criterios socialdemócratas con rigor, potenciando la redistribución de recursos y desarrollando un sistema educativo.