La apertura en positivo fue sólo un espejismo de tregua, porque al final de la jornada los mercados se habían cebado con España. La Bolsa cerró la sesión con otra fuerte caída, que llegó al 2,33% y dejó al Ibex 35 en el nivel de los 9.324,7 puntos, arrastrado por el miedo de los inversores a un posible rescate de Portugal y España, y por un nuevo máximo de la prima de riesgo, que batió su récord al llegar a los 276 puntos básicos, frente a los 246 en los que cerró el viernes. Las perdidas acumuladas este año por el selectivo español ascienden ya al 21,9%. Todos los valores cayeron, aunque fueron de nuevo los bancos los que arrastraron al resto. Las principales plazas europeas también retrocedieron.

La desconfianza invadió ayer de nuevo los mercados europeos, aunque el español fue el más perjudicado. Los 85.000 millones de euros del rescate de Irlanda no han sido suficientes para convencer a los mercados, y menos después de que Alemania y Francia insistieran, de nuevo, en recordar a los inversores que a partir de 2013 el sector privado podría tener que asumir parte del coste de los rescates. La reacción fue inmediata: la prima de riesgo, el mejor termómetro de la confianza en la solvencia de un país, se disparó y cerró en 275 puntos básicos, lo que supone un máximo histórico y el nivel más alto desde la entrada en el euro.

Un experto consultado por este diario, y que reclamó anonimato, resumía la reacción de los mercados. "¿Quién va a querer títulos si ya te anuncian que te pueden dar pérdidas en lugar de beneficios? Nadie invierte para perder dinero, y por mucho que uno se empeñe en mensajes positivos, si por otro lado te insisten en lo contrario, se acaba sacando el dinero. Los inversores huyen despavoridos".

Los analistas coinciden en que "la credibilidad española ha perdido muchos enteros", y que es fundamental no sólo los mensajes de tranquilidad que se lancen desde España, sino "que se vean los ajustes". Además, reclaman como "necesario" que el Banco Central Europeo (BCE) avale la deuda española. "No es suficiente con que diga que España no es Irlanda. Hay que pasar a la acción".

Por su parte, el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, señaló que "la estrategia fiscal española está correctamente encaminada y está en línea con las recomendaciones del Consejo (de la UE)". Pero remarcó el compromiso del Gobierno español de tomar medidas adicionales para asegurar que se cumple el objetivo reducir el déficit público. Se refirió en concreto a la aceleración de la reestructuración de las cajas de ahorro y a la anticipación de las reformas del mercado laboral y del sistema de pensiones.