Bancos y cajas de ahorros buscan compradores para las viviendas que han ido acumulando en Galicia desde que el negocio inmobiliario español entró en crisis a principios de 2008. Al menos una docena de estas entidades ofrecen pisos, casas, solares, locales comerciales o plazas de garaje por medio de sociedades y portales de Internet creados con el propósito de comercializar unas propiedades que suponen una carga creciente para los balances de las empresas financieras.

La crisis ha motivado que muchas de ellas pongan en venta viviendas a interesantes precios, con descuentos importantes o en condiciones de crédito ventajosas. Estos inmuebles proceden de impagos, sobre todo, de empresas inmobiliarias y, en menor caso, de hipotecas que no han podido pagar sus clientes.

También proceden de compras que realizan las propias entidades antes de que entren en impago. Una de las principales ventajas que obtienen con esta estrategia –adoptada en bloque por todo el sector– es que las exigencias de provisiones son menores.

Un banco tiene que dotar un 10% del valor del inmueble si se adjudica un activo, mientras que si entra en mora y el crédito representa más del 80% del valor de tasación está obligado a cubrir el 25% en el primer año y el 100% en el segundo. El resultado final es que el sistema financiero español se ha convertido también en el rey del ladrillo para salvaguardar sus cuentas de resultados y su patrimonio.

Morosidad

Las dificultades de las promotoras, sobre todo, y el aumento de la morosidad en las hipotecas han puesto en manos del sector español de las finanzas un stock inmobiliario cuyo valor alcanza cifras récord cada día. El número de viviendas acumuladas se cuenta por miles en los casos de los mayores bancos (Santander o BBVA) y de las principales cajas de ahorros españolas (la Caixa y Caja Madrid) o de otras que, aunque son de menor tamaño, se implicaron intensamente en la financiación del negocio del ladrillo (Caixa Cataluña o Caja Mediterráneo, entre otras).

Tal acumulación ha llevado a bancos y cajas a intensificar sus estrategias comerciales para colocar en el mercado las viviendas que han llegado a sus manos. Una de las apuestas comunes ha sido poner en marcha portales web en Internet para divulgar las ofertas. Al menos media docena de empresas pertenecientes a bancos y otras tantas ligadas a cajas están ofreciendo más de 600 inmuebles en Galicia procedentes de impagos. Algunas de ellas lo hacen publicitando descuentos en los precios de hasta el 40%, como Caja Madrid. Caixa Galicia dispone de un centenar de viviendas, mientras Caixanova anuncia en su portal 92 inmuebles en Galicia, donde también intentan desprenderse de propiedades inmobiliarias las principales cajas del país como Caja Mediterráneo, Caixa Catalunya o La Caixa.

Aunque con distintas velocidades, los principales bancos españoles también han terminado por activar nuevas filiales inmobiliarias o potenciar las que ya tenían para desprenderse de las viviendas procedentes de impagos o de los acuerdos con promotores para saldar deudas. Santander, BBVA, Banco Popular y Banesto disponen de pisos a la venta en la comunidad.

El Popular, a la cabeza

El líder es el Popular que cuenta con más de un centenar. El banco presidido por Emilio Botín posee 66 mientras que el del gallego Francisco González alcanza las 46. El Banco Pastor suma una veintena. Los más de 600 inmuebles que las entidades financieras están ofreciendo en la comunidad gallega es la cifra oficial que dan los bancos y cajas, pero tienen un porcentaje, de entre el 10 y el 20%, que no ponen en el mercado debido a las malas condiciones en las que se encuentran las viviendas.

"Los inmuebles no paran de entrar", reconocen fuentes del sector que remarcan que la mayor parte son locales, naves industriales y suelo procedentes de promotores. "Todos estos activos siguen aumentado cada día en nuestra cartera. Lo que más entra, por este orden, es suelo; después locales y naves industriales; en tercer lugar viviendas de promotores y por último, y a bastante distancia, las viviendas de particulares", explican. Que este último tipo de inmueble tenga una escasa presencia se debe, añaden, a que "los particulares hacen lo posible por pagar su piso". En primer lugar intentan negociar con el banco y en segundo prefieren vender la vivienda a un particular antes que a su entidad, porque consideran que así pueden sacar más dinero.