La economía mundial ha dejado atrás la recesión y vuelve a crecer, pero España se ha quedado atrás. Será uno de los pocos países y la única de las 15 grandes economías que durante 2010 seguirá en números rojos, según vaticinó ayer el Fondo Monetario Internacional (FMI). Y añadió que el desempleo superará el próximo año el 20% de la población activa, como también ha vaticinado la OCDE.

La recuperación mundial ha empezado, proclama en su informe el FMI, partidario no obstante de que se mantenga los "estímulos fiscales", las políticas públicas que están desplegando los gobiernos. Será una recuperación lenta, favorecida, entre otras, por dos situaciones: la confianza y el apetito por el riesgo van volviendo a los mercados financieros internacionales y las aguas bajan también más tranquilas en los mercados emergentes. China crecerá el año próximo a un ritmo del 9% e India, el 6,4%, según unos pronósticos del Fondo que certifican cómo la salida de esta crisis globalizada está más pendiente que nunca de los gigantes asiáticos.

Sostiene el organismo que dirige el francés Dominique Strauss-Kahn que tendrán más problemas para orillar la recesión aquellas economías "que hayan experimentado un boom del crédito, una burbuja inmobiliaria o grandes déficit por cuenta corriente". Un cuadro que parece a medida de las lagunas estructurales que tantos expertos han reconocido en el modelo de crecimiento español de los últimos 15 años. Encaja también con lo ocurrido en Reino Unido y Estados Unidos, pero el FMI espera que, al contrario que España, estos países vuelvan a la senda del crecimiento en 2010, con un 1,5% en el caso estadounidense y del 0,9% en el británico. Algunas crónicas periodísticas destacaban ayer cómo las economías anglosajonas pueden hacer una nueva demostración de su capacidad para salir de las crisis con rapidez.

En España no va a ocurrir lo mismo, según la organización que hasta octubre de 2007 pilotó Rodrigo Rato y uno de los varios centros mundiales de análisis y decisión económica que no vieron venir la crisis global que oficialmente arrancó a finales de ese mismo año. El desplome inmobiliario es el principal factor que atrasa el avance de España, como también de Irlanda, el otro país de la zona euro cuya economía se contraerá en 2010. Y la caída aún no ha tocado fondo, según el FMI, que prevé una bajada "grande" adicional de los precios de la vivienda, según el informe "Perspectivas Económicas Mundiales".

No todo son malos augurios. El estudio mejora levemente el pronóstico de crecimiento para España que la institución había adelantado en julio, en consonancia con un desempeño más positivo que lo previsto de la economía mundial.

El organismo ahora cree que España perderá el 3,8% de su PIB este año, dos décimas menos que su anterior cálculo, y el 0,7% en 2010, una décima menos que su estimación de julio. Y el país no crecerá al 2% hasta 2014. Sus cifras son algo más pesimistas que las del Gobierno español se distancian del pronóstico formulado hace unos días por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero: "España saldrá de la crisis como el resto de los países europeos", dijo hace una semana en Nueva York.

Por su parte, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, dijo ayer que las previsiones económicas del FMI sobre España son "más pesimistas" que las que maneja el Gobierno español porque a este órgano internacional le falta información sobre las últimas decisiones adoptadas por el Ejecutivo, como los presupuestos para 2010.