Pescanova obtuvo el pasado año “los mejores resultados de su historia, aunque siempre insuficientes”. Con tales palabras y una sonrisa satisfecha resumió ayer el presidente de la multinacional viguesa, Manuel Fernández de Sousa, los datos del ejercicio anterior aprobados por unanimidad en la reunión que ayer celebró la Junta de Accionistas de la compañía y donde también se decidió un reparto de dividendos del 0,45 euros por acción a partir del próximo 5 de mayo.

En cifras concretas, la ganancia neta del grupo ascendió a 25,7 millones de euros, lo que representa un 2,8% más que el anterior ejercicio. Además, las previsiones de los datos del cierre del primer trimestre de este año apuntan, según el presidente del grupo, a que aún mejorarán los del pasado.

Fernández de Sousa precisó que a estos buenos resultados en plena crisis económica y financiera contribuyeron en buena medida tanto que su sector de actividad sea uno de los pocos que escapan a la caída del consumo, por tratarse de alimentación, producto de primera necesidad, proteína barata, congelado y dirigido al sector de consumo en el hogar, que es el que menos nota los efectos de la crisis. Asimismo, indicó como factor de peso en los buenos resulta la bajada de los costes de explotación -precios del combustible, pienso y harinas de pescado- en el último semestre del pasado año.

Fernández de Sousa también cifró el éxito económico del año pasado en la “suerte” de haber logrado desarrollar todos sus proyectos de expansión internacional y, en concreto, en el sector de la acuicultura con el apoyo (50%) de los fondos comunitarios IFOP, con amortizaciones a largo plazo y sólo unos meses antes de que comenzara la crisis financiera.

Las inversiones realizadas el pasado año ascendieron a 200 millones de euros y han permitido a la compañía lograr el liderazgo mundial en cultivo de rodaballo, así como el del langostino en América Latina a partir de la expansión de su presencia en varios países de Centroamérica.

Sobre proyectos de inversión para el futuro, señaló que “debemos estar atentos porque quizás no sea necesaria adquisiciones sino ocupar espacios de mercado” que dejen libre otras compañías y consolidar las inversiones realizadas. Así avanzó que quizás el mejor momento para nuevas inversiones sea el próximo 2010 o 2011.

La empresa mantiene su interés por Touriñán

El grupo Pescanova “no descarta en un futuro razonable” desarrollar su proyecto de planta de acuicultura en cabo Touriñán, para donde siempre “hay interés” y cuyo rechazo por el anterior gobierno de la la Xunta modificó la estrategia de la compañía y decidió su implantación en el ayuntamiento portugués de Lira.

Aunque recordó que Pescanova tiene sus inversiones centralizadas en otro lugar -Mira-, en caso de que se vea posible el proyecto de Touriñán “será cuestión de cuadrar las ecuaciones económicas”. Pese a todo señaló que la planta portuguesa tiene ya concluida su primera fase, “en la que ya hay un millón de peces” y que será inaugurada el próximo mes de mayo, al tiempo que comienza la segunda fase para que la primera esté en plena producción de venta a finales del próximo año y, la segunda, a finales del siguiente.

Así recordó las facilidades ofrecidas por Portugal, tanto en la aprobación del proyecto como en la dotación de infraestructuras -conexiones por autopista y electricidad-, en contraposición con los problemas que padecen en Xove de generación eléctrica. Pese a todo, señaló que la compañía está “contenta” con la situación en su planta lucense.

Mejillón y Asia

Por lo que respecta a expectativas de futuro, señaló como “asignatura pendiente” la producción de mejillón -”una proteína barata, que no necesita ni combustible ni alimentación para su producció”- aunque señaló que “el tipo de cultivo o el país, están por estudiar”.También indicó que no es previsible que Pescanova continúe sin presencia en Asia, que ahora se limita a Japón.