El Gobierno canadiense se está preparando para la posibilidad de que General Motors y Chrysler declaren la suspensión de pagos, dijo ayer el ministro de Industria de Canadá, Tony Clement.

Durante una entrevista concedida a la cadena de televisión CTV, Clement afirmó que “en el peor caso es una suspensión de pagos no planeada o accidental donde, de repente, las cosas se paralizan y no estamos preparados”.

El ministro afirmó que los preparativos del Gobierno en caso de suspensión de pagos incluyen proteger los préstamos públicos dados a los dos fabricantes.

“Si estamos en una situación en la que estamos organizando un tipo de protección de acreedores al menos es un poco mejor y al mismo tiempo protegemos nuestros préstamos mientras las compañías se reorganizan”, explicó Clement.

El mes pasado, Ottawa concedió 1.000 millones de dólares (810 millones de dólares estadounidenses) a Chrysler y otros 3.000 millones de dólares (2.410 millones de dólares estadounidenses) a General Motors (GM) en concepto de préstamos mientras preparan planes para su reorganización.

GM tiene hasta el 1 de junio y Chrysler hasta el 1 de mayo para presentar a Ottawa planes de reestructuración que garanticen la viabilidad de las compañías, de forma similar a la decisión tomada en Estados Unidos por la Administración del presidente Barack Obama.

Canadá quiere que las dos empresas sigan fabricando en el país alrededor de un 20% de su producción total en Norteamérica, el mismo nivel que tenían hasta antes del empeoramiento de la crisis del sector en el 2008.

Por su parte, el nuevo jefe ejecutivo de General Motors en EE UU, Fritz Henderson, declaró ayer en el que la bancarrota no es inevitable para la empresa.